Estrellas de Hollywood: Actores y Cantantes
Sex millonario
Famosos invierten millones de dólares en sus juegos eróticos, todo con tal de satisfacer hasta los más extraños deseos Gabriela Solano
Los famosos están locos por el sexo, o el sexo vuelve locos a los famosos, pero desde el punto de vista que se quiera ver el resultado siempre es el mismo: estrellas que invierten miles de dólares en darse todo el placer posible.
Actores y cantantes buscan juguetes sexuales, bailarinas y excentricidades, sin poder evitar que se entere todo el mundo.
Un ejemplo es la princesa del pop, Britney Spears, quien ha invertido hasta $7 mil (¢3 millones) en disfraces sexys de colegiala y policía.
Otro picarón es el músico 50 Cent, quien es tan aficionado al baile caliente que llevó uno de sus autos a un taller para que le modificaran el asiento del copiloto: le quitaron el sillón y lo cambiarlo por uno móvil, así su acompañante le baila sentada mientras él conduce.
Pero eso no es lo único que hacen las estrellas para satisfacerse, y algunos prefieren la discreción.
Por ejemplo, se dice que en la época dorada entre Billy Bob Thornton y Angelina Jolie, ellos hacían de las suyas en una habitación a prueba de ruido, que tenían acondicionada en su casa. Posiblemente lo hacían así para no escandalizar a los niños.
(Una situación muy diferente se da en la casa de Christina Aguilera y su esposo, Jordan Bratman, quienes los domingos andan desnudos por todas partes).
Diversión fuera de casita
Algunos ricos y famosos prefieren vivir la “vida loca” fuera de casa.
Para ellos hay distintas opciones. Una es la lujosísima suite en el hotel Palms de Las Vegas. Por que tiene muebles rojos y hasta un tubo de bailar en el baño –entre muchas otras atracciones– por este cuarto se paga $4 mil la noche (¢2 millones). Se dice que esta suma la han desembolsado varios músicos, como el roquero Tommy Lee Jones.
Este tipo de famosos también encuentra un lugar en los clubes de desnudistas, en donde son tratados como VIP. ¡Cómo no! Con esa chequera...
El más aficionado a ellos es el actor Colin Farrell, un asiduo visitante de Scores (hay varios en Estados Unidos). El guapo gasta hasta $15 mil (¢8 millones) por noche, entre doncellas y licor.
Detrás de él se pueden mencionar otros como el mismísimo Sting quien se la pasa rico comiendo en el restaurante Penthouse, en Nueva York.
Ahh, pero el buen menú no es lo único que lo atrae , más bien diríamos que son las chicas que se deslizan con mucha sensualidad en los tubos colocados en un escenario que está frente a las mesas.
El actor Jack Nicholson, aunque ahora es más hogareño, también se da sus vueltecitas a Stringfellows!. Ahí pasa un buen rato de esparcimiento viendo los cuerpazos de las bailarinas.
Algunos actores, como Tom Hanks, se cuidan más de ser vistos en esos sitios, pero eso no los exime de los rumores. De él dicen que es adicto al sexo y practicante del Tantra (ciencia de la sexualidad).
“¡Tubo, tubo!”
Las chicas hollywoodenses tampoco se quedan atrás en cuanto a la diversión se trata.
Según reportes de periódicos sensacionalistas, la mayoría de famosas son aficionadas a nada más y nada menos que el “tubo” de baile.
En este se dan un gustazo dándole espectáculos privados a sus parejas.
A Pink le gusta tanto la práctica, que mientras estuvo en un hotel de Londres le colocaron en su habitación un tubo, en el que ensayaba a diario, para no perder la costumbre.
Y otras como Pamela Anderson, Jessica Alba y Nicole Richie también tienen un tubo puesto en casa, en el cual se lucen de vez en cuando.
Caros juguetitos
Bellas y famosas: mantienen –al igual que otras mujeres alrededor del mundo– cierta afición por los vibradores. La reina en ese tema es Victoria Beckham, a quien su muy famoso marido David, le regaló uno cuyo valor es de $2 millones. ¿Increíble, verdad?. Pero el juguetito bien vale el precio, ya que está confeccionado en platino y diamantes. De este solo hay 10 en todo el mundo. Eva Longoria prefiere uno de los más populares: “el conejo”. Su compañera de programa, Teri Hatcher, también posee uno. Jennifer Gardner y Paris Hilton compraron su vibrador, solo que los de ellas están hechos de cristal.
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