Reviva su deseo sexual

Hacer el amor es la única y más importante expresión del amor

El deseo sexual atraviesa por diferentes etapas a lo largo de la vida de la pareja.

El deseo está y existe en la continua renovación del placer. Es decir, si una persona vive la sexualidad y ésta es placentera, la experiencia será gustosa de repetirla; sin embargo, tienen que existir ciertas premisas para que esto se produzca.

Por ejemplo, contar con una buena o medianamente buena relación de pareja a nivel interpersonal, podría mejorar la existencia entre ellos.

Pero esto es muy subjetivo, ya que muchas personas dicen “llevarse bien”. Pero, ¿y en el sexo?

Claro está, que al inicio de cualquier relación casi siempre la frecuencia está muy emparejada o es muy similar, y ambos miembros de la pareja desean estar juntos y hacer el amor al unísono.

Ese comportamiento es muy frecuente, pero esto tiene un periodo, no nos quedamos así para el resto de la vida.

¿Quién aguantaría semejante ritmo, verdad? Además, la pareja en su relación interpersonal va variando y las situaciones de la vida también.

Por ejemplo con las preocupaciones laborales, económicas, las familiares, un embarazo, entre otras.

Muchas veces, las parejas toman decisiones importantes de vida “para siempre”, con base en ese primer periodo de la pareja. Que dicho sea de paso, ni siquiera nos conocemos bien en lo interpersonal y las decisiones casi siempre podrán estar equivocadas, porque no consideramos el paso del tiempo y la vida de cada uno y la misma vida en pareja.

Y eso que no estoy hablando del plano sexual sino del interpersonal, en el que si me “miraste feo”, o “no me contestaste” o “me ignoraste”, o “no te entiendo lo que me dices”, entre otras situaciones, ya eso es motivo suficiente para que se maten todos los deseos de hacer el amor.

Recuerde que se hace el amor con las palabras, las actitudes y no es indispensable empezar desde la mañana diciendo “cosas bonitas o insinuantes”, es indispensable hacerlo todos los días.

Si a todo lo anterior le sumamos una vida laboral estresada, una inadecuada alimentación, falta de ejercicio y de diversiones saludables, es bien difícil que el deseo se encienda como encender un bombillo.

Y es que hombres y mujeres somos muy diferentes en este sentido. Biológicamente estamos dotados de los mismos ingredientes para el deseo sexual, pero cultural y socialmente esto no es así.

Los hombres tienen que “tener deseo sexual ‘siempre’” , y las mujeres no podemos ser unas “sometidas”, debemos ser “más recatadas y menos deseosas”, porque de lo contrario seremos “mal vistas” en la sociedad.

Pero... qué será eso de mal vistas, como fogosas, ¡qué problema entonces!

La sociedad condiciona y prepara al hombre para que “siempre” tenga que tener ganas y a la mujer para que “no siempre” tenga ganas... así que aquí algo no funciona, ¿verdad?

Sin malas caras

Yo los invito a reflexionar en la importancia de estar pendientes de cómo camina nuestra relación de pareja y de cómo seguimos “ennoviando” dentro de esta relación.

Así llevemos mucho o poco tiempo juntos, que tengamos un agradable diálogo en diferentes temas y que la sexualidad llegue cuando tenga que llegar.

Pero sin malas caras, ni pereza, sin presiones porque el otro (a) se enoja si no lo hago, sin prestar nuestros cuerpos porque el otro (a) se puede molestar.

Esto sin entender que hacer el amor es la única y más importante expresión del amor.

También hay muchas otras formas de expresar el amor, por ejemplo un buen beso, un apretón de manos, hacernos unos “piojitos” en el cabello y unos ricos masajes en la espalda. Eso también es hacer el amor.

Recuerde que el diálogo es pasar el mensaje del uno al otro, aunque no pensemos igual y así llegar a conclusiones que nos satisfagan a ambos.

De esa forma también nuestro deseo sexual aparecerá, se mantendrá vigente y variará según sean las circunstancias en la relación de pareja.