Brujita florense

Herediana hizo el mejor de los conjuros la noche de Halloween y se convirtió en la nueva reina del equipo de fútbol Brujas F.C.

La “cacería de brujas” que tenía el club de primera división Brujas F.C. llegó a su fin la noche del miércoles, cuando, entre diez bellas hechiceras, Kris Chaverri fue elegida la nueva madrina en el gimnasio de la Villa Olímpica de Desamparados.

Aunque los encantos de esta estudiante de periodismo tienen sello herediano, surtieron efecto como pócima mágica para adueñarse del sombrero puntiagudo durante un año.

¿A qué le sabe este gane?

Fue un poco difícil porque, al principio, todo me estaba saliendo malísimo. Llegué supertarde porque en el camino solo presas. Luego, cuando estaba desfilando en la pasarela, casi me caigo. Al final de la noche dijeron mi nombre, no sabía qué hacer; estaba muy sorprendida. Estoy feliz y realizada.

Ahora que menciona el tropiezo, parte de los presentes no quedaron satisfechos con el resultado, ¿qué piensa al respecto?

Bueno, todo podía pasar. Creo que aunque me resbalé, por mi seguridad, siento que gané. El tropiezo no me importó, no fue algo que me incomodara y seguí adelante. Si la gente no lo esperaba, bueno, yo tampoco. Si quedé, fue por decisión del jurado, que vio que tuve un buen desempeño.

¿Con qué cualidades embrujará a los aficionados?

Tengo una mirada muy pícara, digo todo con la mirada y con la sonrisa. Mis expresiones son muy notables.

¿Se considera una brujita buena o malvada?

Siento que buena, pícara y coqueta... pero buena.

¿Qué compromisos debe cumplir como nueva madrina?

Apoyar mucho al equipo, estar con ellos los domingos en el estadio de local, y si está al alcance de las tres brujitas, acompañarlos a los partidos fuera. También apoyar a los niños de las ligas menores y ser la imagen publicitaria del Brujas.

¿Ya sabe contra quién juegan el domingo?

Sí, en Guápiles, contra Santos.

¿Les tirará algún maleficio?

(Risas) Siento que sería un poco desleal; creo que tenemos equipo para ganar. Los poderes me los reservo para un rival más fuerte.