Víctimas de terraplén, pobreza extrema o circunstancias extraordinarias
Regale una Navidad alegre a 48 chiquitos
Familias están necesitadas de ropa, comida, vivienda y juguetes para sus pequeños hijos /Padres buscan trabajo y ayuda Yensy Aguilar Arroyo
Colaboraron Rolando Avilés, Christian Campos y Róger Amoretty, Corresponsales de Puntarenas y Limón.
yaguilar@aldia.co.cr
Sara Matarrita tiene 12 años y vive en Moín, Limón. A diferencia de muchos niños de su edad, ella no pide muñecas, bicicletas ni ropa como regalos de Navidad: solo quiere dormir bien.
“Mis hermanos y yo dormimos en el suelo, siempre nos duele la espalda y pasamos frío por las noches. Lo que quiero es dormir rico”, asegura.
Quisiera tener un mejor techo, porque la casa tiene goteras y muchas veces los niños se mojan”.
María Bustos, Familia Matarrita.
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Al igual que la familia de Sara Matarrita, los Cortés, los Picado y los Jiménez necesitan de su ayuda para sonreír en esta Navidad.
Son gente luchadora que enfrenta situaciones difíciles: pobreza extrema, las consecuencias de una tragedia, la llegada de nuevos miembros y el peso de un compromiso desinteresado, que cuesta mucho dinero.
Ninguna de las familias tiene los medios para cubrir sus necesidades básicas de ropa, comida y vivienda, pero su donación puede hacer la diferencia en las vidas de ocho adultos y 48 niños que son los protagonistas de estas historias.
Si desea ayudar, puede llamar a la redacción de Al Día, a los teléfonos 247-4647 y 247-5213.
Les toca empezar de cero en Atenas
La familia Cortés Arguedas lo perdió casi todo en el terraplén que cayó en el Bajo del Cacao, en Atenas, el pasado 11 de octubre.
En la casa hay cinco hijos, Mario, el mayor, tiene 17 años y al igual que su padre, realiza trabajos ocasionales. Le siguen Ronald, de 11; Jeison de 7, Jorge, de 5 y la más pequeña, Emilia con 3.
“Todos son muy comelones. Desde el terraplén solo hemos comido carne dos veces, cuando estuvimos en el albergue. Ahora no podemos comprar”, afirmó la mamá.
Además, la mayor parte del tiempo los niños andan descalzos y los juguetes que tenían quedaron debajo de la tierra.
“Pudimos recuperar alguna ropa y la cama, porque por ser asmática no puedo dormir en el suelo, pero lo demás que teníamos lo perdimos”, asegura la mamá, Rita Arguedas.
El papá tiene ingresos más altos (¢30 mil semanales) cuando trabaja en el sector de la construcción. Pero cuando se dedica a otras tareas recibe mucho menos.
“Gracias a Dios, el IMAS nos ha ayudado pagándonos el alquiler de la casita en donde estamos, pero el alquiler es solo por tres meses y luego de eso no sabemos en dónde vamos a vivir”, afirmó Rita.
Ella desea tener una casa y una lavadora. Mientras, tanto los pequeños quieren comida y juguetes: Ronald asegura que quiere una bicicleta, Jeison y Jorge pidieron un carro para cada uno y Emilia una muñeca.
Para colaborar con ellos puede llamar a los teléfonos 247-5213 o 247-4647.
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“Lo único que quiero es que no falte la comida”
Don Marcelino Matarrita, de 57 años, no tiene trabajo fijo, por lo que sale muy temprano de su casa todos los días a buscar el sustento para sus ocho hijos y su esposa María.
Sus pequeños Magaly (de 3 años), Rafaela (de 4), Maureen (de 6), Marcos (de 7), Carlos (de 9), Marcelino (de 10), María José (de 11) y Sara (de 12), sueñan tener juguetes y ropa para Navidad, pero piden primero un lugar digno donde poder vivir.
“Quiero que arreglen la casa y así no tener frío. Además me gustaría una bicicleta”, afirmó María José.
Su hermano Carlos dijo que quería un televisor, para ver las fábulas, mientras que Marcelino pidió un árbol de Navidad, para disfrutar de las luces.
Los sueños de los padres son igual o más sencillos que los de sus pequeños.
“Le pido a Dios que proteja a mi familia y que no nos falte la comida”, explica Marcelino. Mientras tanto, doña María afirma que le encantaría preparar tortillas caseras o tomar leche en las mañanas.
“A veces los niños se acuestan sin comer un solo grano de arroz y Marcelino en algunas quincenas trae ¢20 mil y con eso apenas damos a basto con los gastos”, afirmó la madre.
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Le prometió a Dios criar a muchos niños
Melba Jiménez le prometió a Dios hace 29 años que se haría cargo de todos los niños que llegaran a su casa. Eso porque dos de sus pequeños se sanaron de graves enfermedades. Hoy cría 27 “hijos”, de entre 2 y 20 años, que han sido abandonados por sus familias.
Doña Melba, cartaginesa de 56 años, afirma que brindarles su cariño y su tiempo la hace sentir una mujer realizada.
“La jornada inicia todos los días a las 5 a.m. y termina a eso de las 8 p.m., pero no me canso y pienso seguir con mi labor hasta donde Dios me lo permita. Él me mantiene con las fuerzas necesarias para seguir adelante”, manifestó.
Para Navidad, ella necesita ropa para sus hijos, pañales desechables para dos de ellos y medias para una de las niñas, pues debido a un problema en sus pies no puede usar zapatos. “A diario le cambio de medias unas seis veces, porque las ensucia mucho”, explica Melba.
La fiesta de Navidad la tendrán en diciembre, gracias al centro comercial Novacentro. Los niños necesitan ropa y desean tacos para jugar fútbol, muñecas y las más grandes desean bolsos y grabadoras.
Puede ayudar llamando al 551-2890, de doña Melba.
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Necesitan una casa grande
La familia Picado Garita se “cuadruplicó” cuando el pasado 7 de noviembre Ingrid Garita tuvo cuatro hijos varones en el Hospital México.
En la familia hay otras cuatro niñas. La mayor de ellas se llama Yariela y tiene 7 años; la segunda Tatiana con 4; Chantal, de 2; y Sheyla, de 1 año.
“Vivimos en una casa que es de mi suegra. No contamos con espacio para estar cómodos y no tenemos dinero para hacer ampliaciones”, manifestó Ingrid Garita, mamá de los pequeños.
El jueves anterior le dieron la salida a dos de los cuatrillizos y aunque los papás ahora cuentan con dos cunas, no tienen dónde acomodarlas.
“Los bebés durmieron con nosotros. Dos niñas durmieron en una cama individual y las otras dos en el suelo”, dijo la madre el viernes anterior.
Los papás necesitan dos cunas más y requieren pañales desechables y ropa. Si desea colaborar puede hacer una donación a la cuenta de ahorros número 200-01-127-006206-3 del Banco Nacional a nombre de Ingrid Garita o llamando a los números telefónicos 645-6647, 380-4446 o 884-3941.
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La familia Matarrita, de Moín, no tiene camas: todas las noches duermen en el suelo con frío. Róger Amoretty.
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