Satisfacción masculina

Algunos hombres desconocen que pueden disfrutar más

El varón manifiesta su orgasmo mediante la eyaculación; esto es al expulsar el semen por medio de las vías uretrales y del pene.

Cuando el varón expulsa este semen, acompañado de las contracciones pélvicas, se dice que está teniendo una eyaculación y por ende el orgasmo masculino.

En algunos varones podría ocurrir, si ha tenido una alta frecuencia sexual, que no aparezca el semen, pero sí va a tener su orgasmo.

Como se ha venido diciendo en otros artículos de esta columna, la eyaculación puede tener diferentes dificultades, por ejemplo, podría ser involuntaria. A esta disfunción se le conoce también con el nombre de eyaculación precoz, pero ese no es correcto.

Cuando se habla de eyaculación voluntaria se está diciendo que el varón tendría potencialidades para controlarla y eyacular cuando él lo desee. Por supuesto, para lograr tal objetivo, no hay que recurrir a pensar en ovejitas, ni usar geles que disminuyen las sensaciones, ni apretarse los dientes. Se trata de una conexión cerebro-genitales que produce la facilidad completa de controlar la eyaculación y de eyacular cuando el varón lo quiera y no cuando se le “venga”.

Si esto no ocurre, tendrá que recurrir a atención especializada, para enseñarle técnicas y procedimientos. Sin embargo, es un proceso, así que toma tiempo.

Existe un pequeño grupo de varones (digo pequeño, porque son varones que se acercan a solicitar ayuda profesional y no necesariamente refleja la realidad del país) que presenta lo que se conoce como eyaculación retardada, que es aquel individuo que se excita y tiene erecciones normales en el transcurso de la relación sexual y del coito, pero habitualmente tiene dificultades para eyacular aunque él lo desee, o al final del todo no eyaculan.

Este trastorno puede ser leve si en ocasiones logra eyacular superando las dificultades a base de aumentar la intensidad y la duración de la estimulación, o puede ser más grave si el individuo nunca ha podido eyacular dentro de su pareja o acompañado por ella. Lo más frecuente es eyacular delante de la pareja o aparte, como en el baño, en privacidad.

El tratamiento para estos casos es difícil y complicado porque, a veces, el varón tiene que eliminar la resistencia, dejarse ir, relajarse a la experiencia sexual y disfrutarla. Una vez más, son personas que sin terapia sexual difícilmente salen adelante.

Muchos de aquellos varones que tienen dificultad para controlar la eyaculación seguro preferirían estar en esta otra situación, pero no se imaginan lo frustrante y bochornoso que es friccionar y realizar movimientos pélvicos por largos ratos sin eyacular.

La mujer se frustra porque cree que no es gustada y el varón se queda con todo el deseo de tener un orgasmo, pero esta experiencia nunca llega.

Lo interesante de la eyaculación retrógrada es que el varón solo logra la eyaculación masturbándose o siendo masturbado.

También, y finalmente, existe la eyaculación dolorosa. Esta disfunción es de conocimiento muy escaso y por suerte de poca frecuencia. Quien la padece siente dolor físico con las contracciones uretrales al expulsar el semen.

En estos casos, lo primero es descartar la presencia de una alteración orgánica como puede ser un prepucio demasiado cerrado o irritado o una enfermedad como la prostatitis o uretritis.

Si no se encuentra ninguna patología, el trastorno se debe a factores psicológicos y requiere de una terapia sexual.