Conmoción en México por escritor asesino
Caníbal se comió a la novia
En su casa hallaron restos humanos cocinados en olla y sartén
EFE.- La captura de un incipiente escritor de novelas de terror, cuando cenaba los restos de su pareja aderezados con limón, ha conmocionado a México porque se trata del primer caso de canibalismo en serie registrado en la historia del país.
Agentes de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, se llevaron una macabra sorpresa el lunes, cuando ingresaron a un pequeño apartamento en el barrio de Guerrero para detener a José Luis Calva Zepeda, de 40 años, investigado por su presunta implicación en el homicidio de su novia, a quien familiares habían reportado como desaparecida.
Al interrogarlo
Calva dijo ser admirador del actor británico Anthony Hopkins, por su interpretación del caníbal Hannibal Lecter en “El silencio de los inocentes”.
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En el interior de la casa encontraron el cuerpo descuartizado de Alejandra Galeana Garavito, de 30 años y madre de dos hijos. Allí hallaron el tronco en un armario, un brazo cocinándose en una olla, restos de carne en una sartén, una pierna en el refrigerador y varios huesos entre una caja de cereal.
Además, descubrieron una novela inconclusa titulada “Instintos Caníbales o 12 días”, que versa sobre la antropofagia (costumbre de comer carne humana), el sexo, el sadomasoquismo y la coprofagia (ingestión de excrementos).
Al parecer, el asesino era un incipiente poeta y escritor de novelas de terror para cine y teatro.
Las autoridades del Distrito Federal relacionan también a Calva con el homicidio de Verónica Martínez, de 31 años, empleada de una farmacia y antigua pareja suya, asesinada en abril del 2004 y cuyo cuerpo mutilado fue descubierto en Chimalhuacán.
Por las características de las amputaciones, el caníbal, a su vez, está vinculado con el hallazgo del cuerpo seccionado de una adolescente el pasado 10 de diciembre, dejado en bolsas sobre una calle de Ciudad de México.
Hasta la fecha se habían registrado algunos casos de canibalismo en México pero todos fueron puntuales y en ningún caso se trató de un asesino serial.
En diciembre del 2004, por ejemplo, Gumaro de Dios Arias, “el caníbal del Caribe”, admitió haberse comido unos dos kilos y medio de la carne de su amante.
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