Gaviones, palos y lodo sepultaron todo a su paso

2 muertos por alud en Atenas y 14 desaparecidos

Por la fuerte lluvia la búsqueda se suspendió ayer a las 5:30 p.m., hoy se reanuda

Atenas. - Mientras los familiares de los 14 desaparecidos rezaban por un milagro, más de un centenar de hombres con el lodo hasta las rodillas buscaban ayer sobrevivientes en Calle el Cacao, en Atenas.

La zona quedó como un caserío fantasma tras la avalancha de ayer en la madrugada que causó la muerte de dos hombres.

Unos 65 habitantes fueron llevados a un albergue y otros prefirieron pasar la noche con familiares y amigos.

La Cruz Roja local estima que unas siete viviendas quedaron sepultadas. Ayer, al cierre de edición, se confirmó que 14 personas seguían desaparecidas.

El deslave, ocurrido cerca de las 2:30 de la madrugada, arrasó con un muro de contención hecho de gaviones (piedra y cedazo), el cual se desprendió llevándose consigo árboles, lodo y rocas que cayeron sobre las casas.

En medio de una lluvia que se mantuvo de manera intermitente todo el día, los cuerpos de socorro rescataron a las 9:10 a.m. el cadáver de Jeffry Agüero Artavia, de 26 años, quien dormía cuando, impulsado por la avalancha, un “jeep” azul cayó en su casa y lo prensó. Su abuela materna y unas primas se encuentran entre los desaparecidos.

Otra víctima es Arquímedes Avilés Morales, de 40 años, cuyo cuerpo apareció semienterrado en medio de los escombros y el barro. El rescate de Avilés fue difícil, debido a que había peligro de que unas vigas se desprendieran sobre los rescatistas, quienes tuvieron que hacer una especie de marco para la extracción del cuerpo.

Morales, oriundo de Pérez Zeledón, era casado y, hace un mes, llegó a la zona para trabajar en una granja avícola en Atenas.

Ayer, familiares de las víctimas – costarricenses y nicaragüenses– esperaban, desconsolados, información de ellos.

La Cruz Roja de Atenas rescató a un niño que estaba temblando de frío en una de las casas afectadas y atendió a otros pacientes con cortaduras con vidrios y con problemas de hipertensión y diabetes, originados por la tensión de lo vivido.

Según familiares y vecinos, entre los desaparecidos estarían: Luz Sibaja, Cecilia Barrios, Epifanio Solórzano Villalobos, Luis Avilés, María Agüero y sus hijas Sara y Dévora.

También los nicaragüenses Isidro Zelaya Rivera, Agustín Reyes Calero, Francisco Zelaya, Harlín Osorio y Derwin Palacios.

Ayer Lázaro Reyes, hermano de Agustín, uno de los desaparecidos, dijo que le extrañó mucho no topárselo en Atenas como todos los días. Más adelante supo que está entre las personas que los cuerpos de socorro tratan de localizar en la zona donde ocurrió la tragedia.

Añadió que es de León, es constructor y tiene un hijo.

Daniel Gallardo, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias, confirmó que, por lo crítico de la situación, se decretó una alerta máxima para el cantón alajuelense.

Víctimas Jeffry Agüero A. Edad: 26 años Arquímedes Avilés M. Edad: 40 años

“Me siento desvanecer” Jorge Agüero lloró por su hijo fallecido. Manuel Vega Jorge Agüero, padre de Jeffry, se hincó e hizo una oración ayer a las 9:15 a.m. cuando se topó a los cruzrojistas con el cuerpo de su hijo. “Él es sangre de mi sangre, y pido a Dios fortaleza para seguir viviendo”, dijo conmocionado. Agregó que Jeffry estudió electrónica y había trabajado seis años en el Instituto Costarricense de electricidad. Era el mayor de cuatro hermanos y dormía en el mismo cuarto de su hermana que trabaja en otra zona y esa noche no estaba. La mamá y otros dos hermanos lograron salir entre la lluvia y la oscuridad.

“Me dio la bendición y rezó el rosario” Ella siempre rezaba por sus hijos. Manuel Vega “Solo un milagro me devolvería a mi madre. Para mí es muy duro pensarlo, pero la casa de ella fue arrasada por el deslizamiento”, expresó Freddy Artavia, hijo de Luz Sibaja, una de las desaparecidas. La noche previa a la tragedia, Freddy la visitó sin saber que esa, tal vez, era la última vez que la vería. Ella le dio la bendición y se quedó rezando el rosario. “Ante esto, uno se siente como una hormiguita, nada se puede hacer”, dijo Artavia, quien vive en La Mandarina, sitio desalojado.

“Quería un criadero de tilapias” Karina consolada por una amiga. Manuel Vega Desconsolada, al igual que decenas de personas que no sabían nada de sus familiares, Karina Solórzano esperaba, bajo la lluvia, noticias de su padre. La búsqueda concluyó ayer y Epifanio Solórzano de, 57 años, no apareció. “Hace dos meses lo visité y me dijo que, como en este sitio hay una naciente, se iba a poner un criadero de tilapias, para aprovechar el agua y el turismo de la zona. Nos lo iba heredar a las dos hijas que no estudiamos”.