Carmen Maura, actriz española
La gran Carmen
Nos la encontramos durante el rodaje de la película “La guerra de las santas”, donde interpreta a una madre superiora. Nos habló de sus inicios, de Almodóvar y de su exitosa carrera Érick Fallas, Crítico de cine
Más allá de la diva de los filmes de Almodóvar, Carmen Maura es una de las mejores actrices españolas. Pero ella es una dama en todo el sentido de la palabra, simpática, elegante, educada y sobre todo con “los pies muy bien puestos sobre la tierra”.
La película cuenta con cinco actrices ticas e inversión de Mario Sotela
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Hablamos con ella la semana pasada, en los descansos de un día de grabación del filme “La guerra de las santas”, en San José. La cinta, hecha para la televisión francesa, también se rodará en la iglesia de Orosi
¿Cómo empezó todo?
Pues desde niña vivía fascinada con la actuación. En los juegos infantiles para mí era un deleite interpretar personajes como la princesa, la criada, la villana. Pero después de los 20 años me metí de forma seria en el asunto. Con unos amigos formamos un grupo y dábamos funciones. Al principio fue muy duro y hasta actuábamos en clubes nocturnos y cafés; poco a poco llegaron las grandes obras y la oportunidad de crecer.
¿Y el cine cómo apareció?
Algunos de los amigos estudiaban para director, nosotros le ayudábamos participando en cortometrajes. Fue así como obtuve mis primeros papeles en películas, pero también aparecía en telenovelas y series televisivas. Esto fue a inicios de los setentas.
¿Su primer papel protagónico es en “Tigres de papel” de 1977?
Sí, pero ese año también comenzamos a filmar “Pepi, Lucy y Bom y otras chicas del montón” de Almodóvar. Duramos casi tres años haciéndola, porque no había dinero y solo filmábamos los fines de semana, cuando todos podíamos y nos prestaban el equipo.
¿Dónde conoció a Pedro Almodóvar?
Era un chico que veías en cuanta fiesta había. Lo saludé un par de ocasiones, pero realmente nos conocimos en el montaje de la obra de teatro “Las manos sucias”, de Jean Paul Sartre. Él hacía un papel pequeño. Un día después de una función nos fuimos juntos en taxi y comenzó a hablarme, hasta la fecha no ha parado.
¿Qué opinaba la gente al principio de Almodóvar?
Que era un loco, un charlatán, un oportunista. Para ese entonces yo ya era una actriz conocida, la gente me decía que cómo estaba con ese tipo, que estaba perdiendo el tiempo. Yo les respondía: “es un genio, yo creo en él”.
¿Cuál es su papel más querido?
Mi personaje en “Ay, Carmela” de Carlos Saura. Lo amo sobre todas las cosas. Al margen de los premios que obtuve por él, fue un papel que disfruté al máximo y es una de mis películas favoritas.
¿Y de las de Pedro?
Todos me fascinan por distintas razones. Tina, el travesti de “La ley del deseo” fue un gran reto, me hizo sacar el hombre que llevaba dentro. Para la interpretación me ayudó muchísimo mis experiencias en “café concerts”, donde muchas veces hacía de Marilyn Monroe.
¿Y la Pepa de “Mujeres al borde de un ataque de nervios”?
A ese le debo mi proyección internacional. Era increíble la locura cuando íbamos a festivales y estrenos en el extranjero.
¿Cómo fue la experiencia de ser dirigida por la actriz Ana Belén en “Cómo ser mujer y no morir en el intento”?
Divino. Ese papel es el único que he repetido, aparece además en “Sé infiel y no mires con quien” y “Cómo ser infeliz y disfrutarlo”. Ana me llamó y me dijo que iba a ser la directora, le dije que iba a ser genial, y lo fue. Era divertidísimo, pasaba cantado todo el tiempo.
¿Le gustaría dirigir?
Me lo han sugerido muchas veces, pero me niego rotundamente. Estoy clara que lo mío es actuar, es ahí donde me siento feliz y es así como puedo controlar este “asunto”. Porque sabes, si uno no tiene cuidado esto te puede volver loca.
Lo que sí me gustaría sería dedicarme a la enseñanza de la actuación.
¿Directores difíciles?
El más difícil ha sido Alejandro Agresti en “Valentín”. Era muy grosero con los demás actores, por suerte conmigo no. Al niño lo hizo llorar varias veces. Lo curioso es que adoro la película, y he de reconocer que él sabía lo que hacía.
¿Qué piensa de los premios?
Pues ahí están. No me desvivo por ellos y te soy honesta, me cuesta ir a recibirlos. Mi mayor premio es el poder actuar, disfrutar cada papel al máximo. Cuando pierda eso dejaré de actuar.
¿Proyectos futuros?
Recién terminé el filme inglés “El jardín del Edén”, basado en la novela de Ernest Hemmingway. Y luego de aquí comienzo el rodaje de “El día que me quieras”, una biografía de Carlos Gardel donde hago de la madre; bajo la dirección de Alfonso Arau (“Como agua para chocolate”) y con Paz Vega (“Lucía y el sexo”).
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