La carretera siempre puede esconder trampas
Curvas: Atención y reacción, la fórmula
Uno de los obstáculos más importantes en el manejo de la motocicleta son las vueltas
Todas las situaciones que se presentan en la experiencia de conducción de la motocicleta dependen de las circunstancias climáticas, mecánicas y humanas en la que se desarrollan, pero cuando se trata de girar de buena manera en las curvas, la observación y una buena preparación resultan fundamentales.
En un circuito de competencia las cosas están claras: se entra rápido, se frena lo más tarde posible, combinando frenada con “angulación” y soltando la presión en el punto de máxima inclinación. Después, estribándose en el reposapiés interior, a la par que se endereza la moto lo más rápido posible, se acelera a fondo apuntando hacia el punto de salida. ¿Fácil, no? La verdad, no. Pero, tranquilos. La conducción en carretera se parece a cualquier cosa, menos a esto. El proceso es sencillo.
Ante todo hay que adaptar la velocidad de entrada y luego frenar en línea, utilizando el freno delantero y trasero para mayor eficacia.
Teóricamente, una curva se compone de tres partes: la entrada (donde la velocidad ya está definida y donde se dibuja la trayectoria), el punto de máximo giro (que corresponde al punto de mayor inclinación y en el que se realiza la transición frenada-aceleración) y la salida (colocación en línea y aceleración).
Obviamente, las restricciones que se presentan en una carretera obligan a sacrificar esta teoría a imperativos de visibilidad y de seguridad. A modo de recuerdo, opte por una conducción fluida y adopte, si fuera necesario, la técnica del giro contrario.
Regla de oro: anticipar
Por definición, nunca se sabe lo que se esconde tras una curva. Aunque se haya tomado un millón de veces y se piense que podría tomarse con los ojos cerrados, hay que saber que la carretera siempre puede esconder trampas.
Un rastro de barro, piedras, una deformación en la calzada, hojas muertas o una mancha de aceite, pueden representar varias trampas que pueden provocar un accidente. Andar con visibilidad y anticipar todas las trampas representa, incluso en terreno conocido, una regla absoluta. La carretera no es un circuito de carreras ni un entorno protegido.
Importancia de la mirada
Por mucho que se impartan clases sobre la teoría del paso de una curva, la moto es un objeto dinámico, en el que el papel del piloto es determinante. Al igual que ocurre con la bicicleta de montaña, el esquí y otros, resulta que la moto se dirige hacia donde la mirada le dice que vaya.
De esta forma, en el caso de una curva que se cierra, en vez de ofuscarse con el muro que acecha, mire hacia la salida y dibuje una nueva trayectoria, por supuesto imprevista, pero que le ayudará a salir de una situación tensa. Al igual que todos los reflejos, este también se practica.
Partes de una curva
La entrada: Existen multitud de curvas y hasta podemos decir que no hay dos que se parezcan. La entrada se realiza después del acercamiento, que es el momento en el que se reduce la velocidad, frenando y hasta las marchas.
El punto máximo: Es el corazón de la curva, el lugar en el que se alcanza la máxima inclinación. Existe diferencia entre el circuito y la carretera, donde las preocupaciones de seguridad, de visibilidad y de anticipación, importan más que el resto.
La salida: En esta fase se traza una tangente virtual para alinearse nuevamente y seguirla, mientras se acelera. En un circuito, el desplazamiento del cuerpo y el apoyo en los reposapiés resultan fundamentales durante esta fase.
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Nunca se sabe lo que se esconde tras una cuerva. motoclubalmeria.com
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