Hugo Solano
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San José- Tres testigos que declararon ayer en el juicio contra un hombre de apellido Cerdas, lo inculparon en el crimen de Juana Villalobos, cuyo cuerpo fue encontrado el 26 de diciembre del 2006 en el patio de una vivienda en Dulce Nombre, Coronado.

Un oficial de la sección de homicidios que atendió el caso, de apellido Díaz, explicó que la víctima apareció semienterrada y casi desnuda, dentro de bolsas plásticas en un hueco de unos 60 centímetros.

Presentaba signos de agresión violenta y en el cuarto del sospechoso había cobijas impregnadas con sangre, latas de cerveza y afuera, colgaba un colchón lleno de sangre.

Esa noche varias vecinas escucharon los perros ladrar y oyeron gritos de auxilio, e incluso, la esposa del hombre que alquilaba el cuarto al sospechoso, se extrañó al verlo limpiando el día que apareció la víctima.

La última vez que vieron a Juana con vida iba saliendo de un bar con el imputado.

El hombre fue capturado por la policía horas después de que apareció el cuerpo, en un local donde trabajaba como guarda.

Según narró al OIJ el oficial de guarda de la caseta de Calle Blancos, en San José, donde fue llevado Cerdas el día de su detención, éste se puso muy nervioso cuando revisaron su salveque, en el que apareció la cédula de la víctima.

Familiares de la mujer dijeron que ella no tenía ninguna relación con el sospechoso.