Ramón L. Méndez
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En el tema de los sobornos hacia los silbateros, debe existir mucho cuidado. Así porque así no se puede hacer una denuncia. Recientemente estalló la bomba de que en Liberia habrían tratado de sobornar al árbitro internacional Vinicio Mena, antes del juego de ese equipo contra Brujas.

Esto de parte, supuestamente, de un administrativo del equipo liberiano. Según el propio Mena, su intención nunca fue denunciar, sino poner vivos a sus compañeros por si se llegaba a dar con ellos también. Pero dice el réferi que la Comisión se asustó con su comentario y lo hizo público, denunciándolo a la Unafut.¿Y las pruebas?, ¿tendrá testigos Mena?, o ¿será solo la palabra de él contra la del denunciado? Este tema es muy grave y alguien irresponsablemente lo agravó más, sin pruebas no hay delito, y si se acusa a alguien sin probárselo, se puede revertir la acusación.

Si es así, faltó tacto de la Comisión de Arbitraje y el responsable total ahora es el silbatero, quien hasta podría terminar su carrera en el arbitraje. Injusto o no, pero así podría ser.

Este servidor antes metía las manos al fuego por los árbitros en cuanto a honestidad, pero escuchando las declaraciones de Rodrigo Badilla en mi programa “Arbitraje y Mucho Más”, me desconcerto totalmente y me lleno de tristeza. En próxima columna me referiré a ese tema que empaña el honor del arbitraje nacional.