Lunes 18 de agosto de 2008, San José, Costa Rica
Sucesos | Cruel amanecer para familia cartaginesa
Madre de seis hijos muere estrangulada
Sospechoso del crimen intentó suicidarse ayer
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    Los vecinos están extrañados con lo sucedido porque desconocían que la pareja tuviera problemas. Gilberth Brenes
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    La víctima. Berta Solano, 34 años.
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    Consternación. G. Brenes
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    Berta tenía muchos planes con sus hijos. Gilberth Brenes

Gilberth Brenes, corresponsal y Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

Cartago. - “¡Mamá está muerta...la mató...mamá está muerta!”, gritaban y lloraban tres niños que caminaban detrás de un hombre que acababa de salir de su casa con los ojos desorbitados, el rostro enrojecido y sudando de manera copiosa.

Así lo recordó ayer a las 7 a.m. Rodrigo Hernández Cubero, quien, sin querer, se convirtió en testigo de un nuevo femicidio.

La víctima, Berta Solano Solano, deja seis hijos. Contaba con 34 años y era vecina del barrio Los Ángeles en El Tejar del Guarco en Cartago.

Como sospechoso, al parecer, figura su compañero sentimental de apellido Quirós, quien horas después pretendió quitarse la vida tomándose un veneno.

Al cierre de edición permanecía internado en el hospital Máx Peralta de Cartago.

Hernández recuerda que iba a la pulpería a comprar el pan para el desayuno, cuando vio a Quirós nervioso y apurado.

“¡Ternera!”, fue lo único que le expresó a manera de saludo y en alusión al apodo de Hernández.

Atrás, venían los chiquitos con edades de cuatro, siete y ocho años, aproximadamente.

“Comenzó a caminar más rápido y a correr”, dijo el vecino.

Un cuarto muchacho, de unos 14 años, quiso alcanzar a Quirós, pero se perdió calle abajo.

Cuando Hernández volvió de comprar el pan supo, por la Policía, que la vecina estaba muerta sobre la cama de la pareja. Aparentemente, fue estrangulada con una faja. Sin embargo, corresponderá al OIJ determinar, mediante la autopsia, la causa de la muerte. Ella trabajaba para una finca de flores, trascendió.

Cumplimiento

Mario Flores, policía.

Nos llamaron para atender un caso de violencia doméstica pero al llegar nos encontramos con la señora muerta”.

Eugenia Vargas, vecina.

Trabajaba para ayudarle a su compañero y así sacar a sus hijos adelante. El sueño suyo era tener su casita”.

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