Patricia Recio, colaboradora
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Ana Matamoros Madrigal tiene en sus manos la suerte que cada diciembre convierte, de la noche a la mañana, en millonarios a varios costarricenses.
Ella da cuidadoso mantenimiento a las esferas que usted y yo vemos por televisión cuando se rifa el gordo.
A pesar de que por sus manos la suerte ha pasado en los últimos 15 años, nunca ha podido pegarle al añorado premio que todos desean ganar y que el próximo domingo una vez más llevará alegría a varios hogares.
¿Hace cuánto cuida las bolitas del gordo?
Tengo 30 años de trabajar en la Junta de Protección Social y cuido las esferas desde hace 15.
¿Qué cuidados les da?
Es todo un ritual. Primero hay que limpiarlas muy bien con un trapito. Luego debemos pesarlas una por una y después de que se cuentan y se verifica que están completas, se meten en bolsas selladas y custodiadas. Así se quedan hasta el día del sorteo.
¿En qué piensa cuando revisa las esferas?
Me trato de concentrar en que todas las bolitas estén completas, que la numeración de los premios sea la correcta, así como el número. Es una responsabilidad muy grande la que tenemos.
¿Usted juega lotería?
Sí. Juego de vez en cuando. Me gusta comprarme mis numeritos.
¿Alguna vez le ha pegado al gordo?
No. Sí he pegado otros premios. Creo que el premio mayor me lo pegué al llegar a trabajar a un lugar como este.
¿Qué números juega?
Juego el 24. Me encanta ese número y las fechas del día de nacimiento de mis hijos (19 y el 5). Ahora todo el mundo está jugando esos números.
¿Este año sí le tiene fe al gordo?
Claro que sí. Creo que todos los que jugamos tenemos fe de ganarlo algún día.
¿Qué le dice la gente que la conoce y sabe de su trabajo?
Primero, todos me encargan lotería y los vendedores me dicen: “¡Ay usted sí juega!”, pero no saben que no es para mí. Además, todos me sugieren que me fije bien que el número de ellos esté ahí. Yo les respondo que todos tienen la misma posibilidad de salir y que todas las bolitas siempre tienen que ir completas.
¿Alguna vez se le ha perdido una bolita?
¡Uy no, Dios guarde!
¿Sería muy grave?
Sí claro. Si se pierde una bolita de esas es un problemón.
¿Ha cambiado el proceso de preparación para el sorteo desde que usted empezó a trabajar en la Junta?
Sí. Ahora los controles de seguridad son mucho más estrictos.
¿Qué siente el día que se realiza el sorteo?
Es una emoción muy grande porque se ve culminado todo un proceso de varios meses.
Dedicada
Ana Matamoros
Hijos: Dos.
Dato: Esta vecina de barrio México tiene 30 años de trabajar en la Junta de Protección Social y desde hace 15 se encarga del cuidado de las esferas que reparten el gordo navideño.
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