Edgar Chinchilla, corresponsal y Rodolfo Martín
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Sarapiquí, Heredia.- Eliécer Gamboa Salazar, de 66 años, sentía el viernes por la tarde la imperiosa obligación de pagar una deuda, sin percatarse en ese momento de que era otra la verdadera prioridad.

Montado en su caballo Rocinante, desapareció bajo una fuerte correntada cuando quiso cruzar el río Caño Negro, en su desembocadura sobre el Toro Amarillo.

El fatal accidente tuvo lugar en el asentamiento campesino El Rubí, en Pangola de Sarapiquí, ubicado a unos 30 kilómetros al noreste de Pital de San Carlos.

Gamboa llegó al río y su primera intención fue usar el puente. Sin embargo, la base de la estructura quedó tan dañada después de las inundaciones de hace dos semanas, que temió por su seguridad y cruzó el cauce.

Los vecinos de Gamboa, quien vivía solo y era padre de una hija mayor de edad, trataron de persuadirlo de que desistiera de su intento de pasar al otro lado, porque el río estaba muy crecido.

Sin embargo, no escuchó razones argumentando que debía ir a pagar un dinero.

En un momento dado soltó las riendas y se metió al río.

“El agua comenzó a subir y a tapar al caballo. El señor empezó a gritar como pidiendo ayuda”, expresó Denise Godínez Chacón, una pequeña de 9 años que presenció el hecho.

Al parecer, el cuerpo del jinete comenzó a inclinarse hacia un lado, luego perdió el equilibrio y cayó al agua, según el relato de la niña, cuya madre la había enviado a hacer un mandado a la pulpería.

“Luego intentó agarrarse de unas ramas y nadar hacia la orilla, pero desapareció bajo el agua”, relató la menor.

Dificultades

Víctor Benavides, Cruzrojista

El rastreo para quienes lo hacen por tierra es muy duro, porque hay partes que son montañosas y de difícil acceso”.

Marianela Chacón, Vecina

Le dije que el río estaba crecido, que me dejara la plata y que yo se la pagaría al señor cuando bajara el agua”.

Agustín Vega, Policía

Al llegar, de inmediato iniciamos la búsqueda. El caballo apareció 300 metros río abajo, pero el jinete no estaba”.