Erick Carvajal M.
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Máquinas de monitoreo, de anestesia y de rayos X, estaban en bodegas, sin utilizarse o no eran necesarias en los hospitales Blanco Cervantes, de las Mujeres y de Niños, según explicó ayer Zaida Montero, agente de la Unidad Anticorrupción del OIJ.

Ella hizo una inspección en esos centros médicos como parte de la investigación por el caso del empréstito finlandés, que dotó de equipos a los hospitales de la CCSS. El informe se elaboró a principios del 2005.

En la causa Caja-Fischel figuran como acusados el expresidente Rafael Ángel Calderón y otras siete personas más por presunta corrupción y otros cargos.

Montero señaló que, según le explicaron los médicos del Hospital de las Mujeres, a ese lugar llegó un equipo de rayos X, llamado Arco en C, que no ocupaban y que estaban coordinando para pasarlo a otro centro de salud.

Montero dijo que en los hospitales visitados, los médicos le manifestaron que nunca los tomaron en cuenta para valorar qué equipo se necesitaba.

La agente del OIJ recordó que el director del Blanco Cervantes le manifestó que el proyecto Finlandia consistió en una repartición de arroz, frijoles y manteca y había que tomar los equipos, porque nunca mandaban nada.

Le extrañó

José Miguel Villalobos, defensor de Eliseo Vargas, expresidente ejecutivo de la CCSS, le pidió a Montero que revisara en el informe cuáles eran las entrevistas que ella había realizado.

Al hacerlo, la agente indicó que no estaban algunas de las entrevistas que hizo y dijo que eso le extrañaba mucho.

En la tarde se recibió el testimonio de Saúl Retana, otro agente del OIJ que participó en el informe y quien indicó que también encontraron equipos que no se utilizaban por falta de personal capacitado para hacerlo en el hospital Calderón Guardia.