Msc. Margarita Murillo Gamboa
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Cuatro son los arquetipos masculinos, y han sido impuestos por un patriarcado que ha existido por siglos y de donde también han surgido los arquetipos femeninos, que limitan la expresión de mujeres y hombres.

Los arquetipos masculinos son: El Rey, El Guerrero, El Mago y El Amante. Para cada uno de estos hay un tipo de arquetipo con que la mujer responde.

Estos arquetipos le hacen creer al hombre que si los cumple “va a ser un verdadero hombre” (gran macho), y que si no los cumple se puede dudar de su masculinidad, y puede que la sociedad crea que se está convirtiendo en mujer.

Su amenaza inconsciente es hacerse mujer u homosexual, que también de manera inconsciente se asocia a lo femenino.

Solo recuerden los mandatos: “aguante, no sea maricón”, “no me llore, los hombres no lloran”, “mamita, chuchinga”, “los hombres deben ser valientes”, “los hombres no tienen miedo”,etc.

Todos estos son solo mensajes inconscientes que no tienen ningún sustento para hacernos mejores hombres y mujeres. Todo lo contrario: nos dañan, nos limitan, nos mutilan como hombres y mujeres y logran que los hombres y las mujeres no se sientan cercanos, sino lejanos, difíciles de comprenderse. Básicamente estos mandatos violentan la autoestima.

Arquetipo de El Rey: Este es un mensaje muy conocido. Sostiene que los hombres son los dueños de las tierras, las propiedades, las cosechas, las mujeres, los niños, que deben dominar, mandar, ser fuertes de carácter o de lo contrario, “no son hombres”.

Deben tener muchos hijos, como muestra de su poder. No necesariamente serán padres de crianza. “Dejarán muchos niños por los lugares donde pasan, demostrando su poderío y virilidad”, y no su capacidad de cuidar y educar.

No serán responsables de la salud reproductiva. Ellos son los reyes de la creación. Así se dice en las canciones. Deben tener plata y mucha. Deben mostrar poder a toda costa.

Para que se presente este arquetipo debe haber una mujer que es sumisa, que gusta de ser mandada, dominada y dirigida. Debe poseer un carácter débil, de lo contrario, también se dudará de si es “una buena mujer o una buena esposa” porque, “qué feo esas mujeres “tan mandonas!” (“parecen hombres”) o quizás dirán: ¡es que a ese… “le canta la gallina”!

Tips

Cuando hablamos de la masturbación en la adolescencia, tendemos a asociarla a las hormonas, cuando en realidad obedece más al impacto social que implica crecer, y a la ansiedad de afirmarse como hombres o mujeres.

El orgasmo tántrico es energía hacia adentro, genera un estado de placer, no tiene prisa, no hay que terminarlo, y es el que se produce y percibe cuando se tienen fantasías.