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 Nacionales Domingo 27 de enero, 2008, San José, Costa Rica.
   

Madres y “parteros” cuentan sus experiencias

La cigüeña no espera, llega al ferry o al ascensor

Muchas mujeres no llegan a la sala de partos, sus historias en taxis, ambulancias y hasta “sobre las olas”, como le sucedió a una joven esta semana, se cuentan a granel

Eliana Rodríguez Mejías, colaboradora
Colaboraron: Mariela Hidalgo y Christian Campos.

Muchas veces la cigüeña no espera sala de partos y llega cuando menos se le espera... al ferry, como le sucedió a Silvia Patricia Navarro el pasado 21 de enero, o al ascensor como sorprendió a Yetty Arias hace ya 22 años.

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partos extrahospitalarios se registraron en diciembre del año anterior en la Carit.

Navarro, de 18 años, quien volvía de tramitar la cédula de identidad en Paquera, dio a luz cuando cruzaba en ferry el Golfo de Nicoya. La joven fue atendida por un paramédico y un médico que viajaban en la misma embarcación.

Tuvo un niño que, cuando sea grande, podrá contar a sus amigos que gracias a su sorpresivo nacimiento viajará en ferry sin pagar el boleto, por disposición de la naviera propietaria del transporte donde nació.

Yetty Arias, de 40 años, vecina de Calle Nazareth en San Rafael de Alajuela, no solo tuvo un hijo en el ascensor, sus otros tres nacieron en un pasillo, en el carro del abuelo y en el consultorio de un doctor.

Ella recuerda entre risas que su hijo mayor Luis Gabriel, de 22 años, lo tuvo en el elevador del hospital México. “Las personas que se iban a montar se sorprendieron, porque yo estaba con un vestido azul, acostada en la camilla y ya había dado a luz; en ese momento tenía 17 años”, manifestó la alajuelense.

Con su segundo hijo Alcides, ella relata que la cosa fue peor, ya que cuando se dirigía al hospital México, cerca del Conservatorio Castella, su suegro conducía un “pick up” y empezó con pequeños dolores, por tal motivo se parquearon en la pista y comenzó la labor de parto, mientras un conductor que observaba la escena llamaba a la ambulancia. Pero, la unidad llegó y el bebé ya había nacido y lo trasladaron al hospital.

Los familiares, como conocían que Yetty era muy hábil en sus embarazos, con su tercera hija, Daisy, decidieron llevarla para el hospital San Rafael, pero mientras la dejaron en la camilla de un pasillo, nunca se imaginaron que ahí tendría su tercer retoño. “En ese momento sentí que la niña había salido y la abrazaba con fuerza ya que me daba miedo que se fuera a caer”, manifestó.

A sus 28 años, Yetty engendraba su cuarta hija y esperaba que fuera distinto, pero no sucedió de ese modo. Su hija María de los Ángeles nació en una consulta médica cuando tenía ocho meses de gestación.

Esta distinguida madre considera que a pesar de que nunca conoció una sala de partos, sus hijos comentan la forma tan graciosa en la que nacieron y espera que cuando sus hijas sean madres, por lo menos tengan tiempo de llegar bien al hospital y no vayan a heredar la peculiar cualidad de su madre.

“Atendí 13 partos en casas y ambulancia”

Foto Flotante: 1875539

Román Castro Calvo, de 34 años y vecino de Escazú, colaboró aproximadamente durante siete años como asistente de cruzrojista en la León XIII y comenta sus experiencias atendiendo partos en condiciones extremas.

“He atendido 13 partos entre ambulancias y hogares, son experiencias inolvidables, pero la que más me marcó fue una niña de 13 años a quien ayudé a tener el hijo en la ambulancia cerca de Abonos Agro. Su bebé tenía el cordón umbilical enrollado en el cuello. En instantes, me puse guantes y la ayudé a dar a luz”, comentaba con alegría el escazuceño.

Castro recordó que otro momento tenso en Pavas fue cuando una señora tuvo su bebé de cinco meses de gestación en la ambulancia y creyeron que el niñito no resistiría el viaje hasta el hospital.

Algo curioso en la vida de este cruzrojista retirado es que nunca estuvo junto a su esposa en los partos, ya que en el primero no lo dejaron entrar por no portar el comprobante de un curso y en el otro por irse a la capilla del hospital.

“Me sentía nerviosa si no era ahí”

Foto Flotante: 1874146

La cartaga Mariela López estaba nerviosa mientras se trasladaba desde su casa hasta la Carit, cuando iba a dar a luz a su segunda hija, Evy Celeste Monge López.

Esta joven comentó su experiencia en la sala de partos después de recibir la salida.

“Me sentía nerviosa porque no quería que mi bebé no llegara a nacer en la sala de partos, pero al final me dio tiempo y la tuve”, argumentaba mientras miraba a la bebé en brazos de su esposo.

Agregó que en esos momentos la mujer se encuentra muy sensible y desea que su pareja la apoye.

“Estar en una sala de partos es ubicarse en una zona especializada y de atención, donde sabes que tu bebé está en las mejores condiciones para nacer, me siento muy contenta de haberlo tenido aquí”, manifestó la feliz madre.

En el Golfo de Nicoya

Foto Flotante: 1875773

Un hermoso bebé llegó al mundo el pasado lunes mientras su joven madre cruzaba el Golfo de Nicoya, en el ferry Tambor I.

Silvia Patricia Navarro no esperaba ser mamá en tan corto viaje, pero, como la cigüeña es caprichosa, empezaron los dolores y se dio cuenta de que era el momento de dar a luz.

Pronto, pasajeros y tripulación se entregaron a la tarea de atenderla. En la embarcación viajaban un médico y un paramédico, quienes la ayudaron mientras llegaban a tierra firme.

“Bebé nació en mi taxi y estaba nervioso”

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Si una vaca pudo montarse en un taxi, ¿por qué no puede nacer un niño en ese lugar?

Joaquín Córdoba, un taxista que trabaja en la empresa Cootaxa en la provincia de Alajuela, nunca olvidará los momentos tensos y nerviosos que vivió con una pareja que se dirigía al hospital San Rafael.

“Hace 25 años fui a recoger a una pareja en Río Segundo, y un joven me manifestó que pronto nacería su hijo y necesitaba llegar con urgencia al hospital; mí sorpresa fue cuando me dijo el hombre que el bebé ya había nacido, entonces hice lo posible por avanzar, pero se me hizo eterno el viaje, temía que le pasará algo al niño”, recordaba.

Cuando llegó al centro médico, el taxista argumentó que llamó a una enfermera e inmediatamente se llevaron a madre e hijo a la maternidad.

Minutos después, el pasajero le ayudó a limpiar el auto en la casa.

Entre risas, Joaquín manifestó que le gustaría conocer al bebé de ese día, ya que en sus 30 años de trabajo no sabe qué se hizo aquella familia; además, nunca le ha sucedido algo similar.

“Depende del estado anímico”

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Luis G. Ledezma, ginecólogo del Hospital de las Mujeres Adolfo Carit

¿Es cierto lo que dicen algunas madres, que los partos fuera de un hospital tienen menos complicaciones?

R/ La mujer siempre tendrá dolores y contracciones, la diferencia es que la disposición de la madre depende de su estado anímico y la condición de preparación para dar a luz.

¿Por qué en otros países son más comunes los partos extrahospitalarios?

R/ Están más capacitados con las llamadas “parteras”. En casos como Europa y Chile, el índice es bastante alto.

¿Cuál es la diferencia entre un parto en sala y uno en otros lugares sin ayuda médica?

R/ Existen dos formas en las que se puede efectuar un parto. Por medio de un parto intrainstitucional o dentro de un hospital, y el otro extrahospitalario, aquel que se efectúa en un carro, bus, ferry, etc.

La clínica de las olas

Fueron la brisa y las olas del mar las que les dieron la bienvenida a los hermanos Marimar y Jesús, los hijos de Yamileth Castro, vecina de barrio “Las Salinas” en Paquera, Puntarenas.

A sus hijos los vio nacer en el ferry Tambor I, de la empresa Naviera Tambor, el mismo donde la semana pasada hubo un nuevo alumbramiento.

Yamileth comenta que cuando iba a tener a Marimar, hoy con 13 años, los médicos de Paquera no la quisieron atender y la enviaron para su casa.

Al siguiente día, sus dolores eran tantos que no pudo esperar, pero en vez de volver a la clínica local, decidió arriesgarse para llegar al hospital Monseñor Sanabria, pero su hija no aguantó más la espera y salió de su vientre dentro del ferry.

Mientras, su otro hijo Jesús, quien ya tiene 11 años, lo tuvo en condiciones similares, aunque con la ventaja de que en este caso fue atendida por especialistas de la clínica y la tripulación. “Me siento muy agradecida con ellos por sus atenciones”, agregó.

Foto: 1874171
Yetty (centro), sus tres hijas y su esposo Alcides (rojo) junto con sus suegros, recordaban historias.
Mariela Hidalgo.

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