Pilar Acuña, periodista

Farandulera en ropa deportiva

Las carreras no solo las vive en los pasillos de canal 6. Esta madrugadora por excelencia se mantiene en forma con una simple receta que heredó de su mamá

Usualmente anda por los pasillos de canal 6 de arriba para abajo, uniformada en traje ejecutivo, con el maquillaje y el peinado en su lugar y siempre detrás de la noticia.

Sin embargo, Al Día quiso sacarla de su jornada laboral y rescatar esa otra faceta de Pilar Acuña, de la que saben... ¡solo los madrugadores!

La periodista de espectáculos de Noticias Repretel cambió el micrófono por las tenis y la botellita de agua, para mostrarnos que es de las que sabe chinear su físico.

Como ella misma dice, se cae de la cama a las 5:15 a.m. para dar inicio a su rutina de ejercicios: entre tres y cuatro visitas por semana a un gimnasio cerca de su casa.

“Antes de irme me tomo un jugo de frutas, de naranja o manzana. Eso es fijo porque sino me puedo desmayar”, cuenta la moraviana.

Hasta que le den las 7 a.m. no sale de allí, y es que el ejercicio es algo que se le pegó de chiquitilla, cuando su mamá la mandaba a clases de ballet, jazz, danza moderna y gimnasia olímpica ¿Será flexible la muchachita?

“Lo que más me gusta hacer es la parte de ‘cardio’, me gusta mucho correr, o sino ‘spinning’, ahí duro como una hora”, señala Pilar.

Sin embargo acepta que dentro de la rutina siempre hay algo a lo que no le hace buena cara, pero ni modo.

“Lo que me da más pereza son las pesas y abdominales, sé que tengo que hacerlo, por lo que dedico 15 minutos”.

Aunque parece una chica que no descansa, eso de esforzarse en busca de un cuerpazo no es lo suyo.

“No me desvela ni tener cuadritos ni eso, solo que me vea bien en conjunto, mantener mi peso ideal (54 kilos) y sentirme bien”.

Costumbres y pecados

Si de alimentación se trata, esta fan de Luis Miguel no le hace ojitos a muchas tentaciones, pero eso no quiere decir que no se dé sus lujitos.

“Nunca he hecho una dieta. Lo que pasa es que en mi casa desde que yo nací no hay nada de grasa, ni chicharrones, ni gaseosas, ni cosas con azúcar. Todo lo busco ‘light’. Tiene que ver con que mi mamá es extranjera (chilena), y nos acostumbró a comer así”.

Si quiere saber cómo darle en su punto débil, las palabras mágicas son pizza y helados, eso sí que no lo perdona.

“Yo como prácticamente lo que me gusta, no me privo de nada. La pizza me encanta, no pasa una semana sin que coma una, pero de las delgaditas, las italianas”.