Jéssica Ramírez, locutora EXA

Dulzura en la radio

A pesar de las situaciones agridulces que ha vivido la “Mini Jessy” en el campo culinario y en su vida, ella continúa condimentando sus días con alegría

La risa explosiva de Jéssica Ramírez, locutora de EXA, delata que ella de cocina no sabe ni una onza, pero que sus toneladas de sonrisas contagiosas son capaces de darle sazón hasta a un día amargo.

Ella trata de llevar una vida sencilla sin ninguna complicación, y eso que ha aprendido en 29 años también lo aplica en la cocina.

“Me gustan los platillos sencillos y a veces, cuando se me mete el chef, mezclo lo que me encuentre. Lo que pasa es que cuando tengo hambre y me pongo a cocinar con solo el olor ya se me quita el apetito”, contó la locutora.

Si de relatar anécdotas culinarias divertidas se trata, la “Mini Jessy” –como es conocida en la radio– es la ganadora.

Hace un año, para celebrar el Día de las madres, la joven preparó desde el plato fuerte hasta el postre, solo que el resultado final de todo un día cocinando no fue el deseado.

“El arroz con calamares que cociné me quedó tieso y según yo, la receta de un postre de manzanas verdes que copie del televisor me iba a salvar, pero qué va. Las manzanas sabían amargas” relató entre risas y con algo de pena la locutora.

De sus almuerzos y cenas quedan fuera el ayote, chayote, espárragos, palmito, la sopa de gallina y de cabezas de pescado.

Y a los chicos que quieran conquistar a esta solterita les advertimos que por nada del mundo se les ocurra invitarla a comer pollo.

“No me gusta el pollo, no me sabe a nada, me pasa lo mismo con el coco. Y mucho menos lo pruebo después que se me murieron dos pollitos que tuve hace dos años”, dijo.

Dentro de sus historias, “Jessy” también ha experimentado el cambio del significado de ciertas palabras cuando a viajado al exterior.

El año pasado dice haber pasado una de sus peores congojas cuando viajó a México y en un restaurante le pidió al salonero que le pusiera más culantro al taco al pastor que le habían servido.

“El mesero se me quedó viendo y no me decía nada, hasta que al rato me dijo: ‘es que aquí el culantro es la colita, lo que usted pide es cilantro’”, recordó aún apenada.

De sus platillos favoritos rescata los macarrones con salsa blanca o queso crema que le enseñó a preparar su mamá, Francisca Jiménez, un chop suey que prepara su cuñado y todo tipo de postres.

Metas y sueños

El año pasado su espíritu alegre y luchador vivió dificultades que le sirvieron para hacercarse a cosas que había dejado en cocimiento lento.

“Fue un año difícil y muy duro, mi abuelo murió y por una enfermedad que presentó mi mamá tuve que dejar el cargo que tenía en la radio como programadora y además terminé con un noviazgo de tres años y medio”, aseveró.

Fue por esos momentos duros que decidió acercarse más a Dios y afianzar más sus metas para estudiar sicología y buscar una posibilidad para ingresar al Taller Nacional de Teatro.

“Mi sueño frustrado es ser actriz, ese siempre ha sido mi sueño y estoy dando todo para poder lograrlo”, manifestó la chica, que ya lleva 10 años detrás de los micrófonos radiofónicos.

“Los pollitos” –y no los de comer– dice que le salen a hasta en la sopa pero ahora que está sin novio se dio la tarea de pensar mejor qué tipo de hombre le conviene.

“Ya a esta edad me di cuenta que la persona que está con uno debe quererme como soy, no debo cambiar ni dejar de hacer cosas que a mí me agradan”, enfatizó.

Lejos de la radio y del estudio ella prefiere impregnar su vida con la magia del teatro, el cine y los museos.