Amarrados a la botella
Cuando en 1996 Arsene Wenger asumió el Arsenal, se encontró con un panorama descorazonador. Nada menos que dos futbolistas, Tony Adams y Paul Merson, enganchados a la botella. El último admitía que las “presiones” que acarreaba su estilo de vida le empujaron a esa espiral incontrolable. Ni corto ni perezoso, el “Profesor ” erradicó los malos hábitos del calendario. Todo, claro, por un mejor rendimiento.
Otros ejemplos son Jimmy Greaves, ícono de los 60, Alan Hudson, Rodney Marsh y Frank Worthington, en los años 70 -tan laureados por sus triunfos en el campo como por el colorín extradeportivo-. Varios jugadores del Liverpool también tuvieron problemas.
|
|
|
|