Por Allan Andino
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Con el paso de los años tres ticas lograron internacionalizar su carrera en el mundo de la moda.

Sin embargo, aparte de abrigos de piel, costosas botas y peinados, pocas veces hablan del desfile de dólares, euros y colones que representan cada una de sus contrataciones y la manera en cómo se reducen cuando trabajan en el mercado local.

Hoy es una de esas veces en que las modelos Leonora Jiménez, Kathryn Arbenz y Oksana Maxwell, le revelan a la revista VIP en cuánto rondan sus honorarios.

En el caso de “Leo”, quien se mueve en el viejo continente, afirma que por desfile (que es lo menos pagado) se cobran mínimo 5 mil euros, fotografía 30 mil y comerciales 50 mil.

En todos los trabajos se deduce un 20 por ciento que va para la agencia y un 24 por ciento de impuestos. Solo para hacernos una idea, con el ejemplo del desfile y aplicando las restas, su cheque estaría firmado en ¢2,2 millones.

En Costa Rica los números son otra historia, y las actividades que desarrolla aquí van más enfocadas a no alejarse de sus raíces.

“Cobro como una tercera parte de lo que facturo en Europa, y si el cliente es muy antiguo también los ‘chineo’. El mercado tico es muy diferente al europeo y las pocas campañas grandes que se realizan se hacen como con las uñas”, afirmó.

“En lo personal he bajado mis precios en el mercado tico porque me interesa más fomentar la moda en mi país que hacer dinero”, dijo la rubia desde España.

Kathryn es otra que ha tenido que bajar los precios en el mercado local, a pesar de haber alcanzado un alto nivel en Centroamérica.

Cuando realizó la campaña para el vodka Troika en El Salvador, su bolsillo se aseguró $3 mil (unos ¢1, 5 millones) utilizando únicamente tres de sus fotografías.

“No era un calendario, si fueran más fotos se podía cobrar más. Son muy pocos (en el caso nacional) los que te pagan lo que es, cuando lo hacen, es porque buscan y les interesa la imagen de esa persona, reconocen la trayectoria y se ajustan a lo que quieren. Es un hecho que cuando uno trabaja aquí tiene que bajar los precios”, señaló Arbenz, quien cuenta ya con nueve años de experiencia.

La fotografía y los comerciales son los que más ingresos le generan, y según explicó, los catálogos (que ya son parte de su especialidad) le son remunerados aquí en unos $1.500 a $2 mil (¢780 mil a más de ¢1 millón). En el exterior por el mismo trabajito, la cifra se dispara al doble.

Finalmente, la mulata de 1,80 metros de estatura, Oksana Maxwell, acaba de concluir 18 desfiles en Barcelona con la temporada de primavera, y nos comentó cómo se maneja la oferta allá.

“Cuando estás empezando la carrera, no está muy bien pagado. Entre mil a 1.500 euros por desfile (¢814 mil a ¢1,2 millones). Luego, dependiendo de tu trayectoria se cobraría a partir de los 3 mil euros”.

“En Costa Rica está muy mal pagado porque no existe industria a pesar de los esfuerzos que se intentan hacer en moda. Es muy difícil hablar de una suma en un país donde no se puede pagar lo que se debe pagar, y que además, tienen otro concepto, donde en la vestimenta se explota o se vende a la mujer”.

De mantenerse así, las tres dirán “gracias, pero no gracias”... al mercado local.