San José Costa Rica. Edición del 09/marzo/2008. Ir a Al Día
   

Alejandro Fernández , cantante

Está completico

Más allá de su inigualable voz y físico de estrella, “El Potrillo” se define como un ser apasionado, al que no le gusta estar solito

Gabriela Solano

Alejandro Fernández es de esos hombres que casi lo tienen todo como estrellas. Posee una gran voz, increíble presencia, tiene carisma y un linaje artístico envidiable, lo único que no se le da bien es la actuación; pero ya sería gula del destino e injusto para otros haberlo hecho poseedor de todo.

Diecisiete años de carrera (los cumplirá el 30 de marzo) le han bastado para convertirse en uno de los artistas masculinos más importantes del escenario latinoamericano.

Múltiples premios, entre ellos Grammy Latinos, Billboard, Gaviota de Plata y hasta una Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, dan testimonio de su trayectoria, que por cierto él no reclamó como suya pese a ser hijo de Vicente Fernández: el charro por excelencia de México.

Al “Potrillo” quien lo enseñó a cantar fue su madre, doña María del Refugio, a quien siempre estuvo muy apegado debido a que su papá se la pasaba de concierto en concierto.

Dichosa: su amor platónico es la actriz Brooke Shields.

Íntimo: Le teme al fracaso.

Lo enoja: Que la gente se quiera pasar de lista, la mentira y la injusticia.

Le gustan: Los deportes acuáticos y es muy religioso.

“Cuando había problemas en casa, con la que me refugiaba era con mi mamá. Era la que me mimaba”, le contó Alejandro a Myrka Dellanos tiempo atrás.

Para el intérprete nunca fue una carga llevar el apellido Fernández, aunque alguna vez confesó que de pequeñito le tenía miedo a su papá.

Muy diferente es la relación que “El Potrillo” mantiene hoy con sus cinco hijos –cuyas madres son América y Ximena–.

“Yo soy el padre más consentidor por la buena; pero por la mala, cuando me hacen enojar, soy el más fuerte también”, confesó el galán, quien se enorgullece al decir que los cinco son bien afinaditos en el canto.

Ellos son su mayor orgullo y su herencia al mundo, ya que hace algunos años se sometió a la vasectomía.

Cree en la fidelidad

A sus 36 años (cumplirá 37 el 24 de abril) Alejandro es considerado como uno de los artistas más guapos. No en vano la revista People en Español lo incluye cada año en su lista de los 50 más bellos. Claro, él prefiere dejar que sean otras las que le pongan esa etiqueta.

Su rutina de “belleza” no es secreta, más bien es el resultado de años de disciplina, ya que desde pequeñito ha sido un amante del ejercicio. Hace pesas y trata de evitar el azúcar y las harinas.

Alejandro tampoco es amigo de andar visitando estilistas, por eso prefiere dejarse las canitas que tanto le favorecen y agradecen sus cientos de fanáticas.

Tampoco se considera un macho mexicano... más bien se dice un hombre equilibrado a quien no le gusta estar solito.

“Mi teoría es que a los hombres les es más difícil que a las mujeres”, comentó en una entrevista televisiva.

Quizá es esa la razón de que su corazón sea como un supermercado de 24 horas. Siempre está abierto al público. Su lista de novias es extensa y nada despreciable.

Aún así él asegura creer en la fidelidad, eso sí, siempre y cuando esté entregado en cuerpo y alma a la persona.

Al matrimonio tampoco le hace cruz. Ya dejó de temerle y tal vez llegue al altar de nuevo algún día.

Se casó siendo muy joven y como a muchas parejas en el mundo la inexperiencia e inmadurez le pasaron una factura muy alta.

Hoy Alejandro se define como un hombre feliz y agradecido con Dios por la vida que tiene. Sus momentos más difíciles son claros: su divorcio, el secuestro de su hermano Vicente y un accidente que tuvo años atrás su hijo Alex.

Su experiencia de vida lo hecho eso atesora el tiempo junto a su familia y divide su tiempo entre Guadalajara, Nayarit y Puerto Vallarta.

Hoy el “Potrillo” cabalga con menos furia pero con la misma intensidad y pasión que lo han caracterizado siempre. Su carrera está sólida y su vida... comienza a tomar un rumbo certero.

Mujeres divinas

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El “Potrillo” tiene claras sus prioridades en cuestión de mujeres. No busca un estereotipo de mujer, él más bien se fija en el conjunto completito: cara y cuerpo.

Eso sí, le gustan las atrevidas con carita de inocencia.

Alejandro es de los que prefiere conquistar y si tuviera que hacerlo rápido lo haría con un gran beso, ya que se dice “un apasionado de los besos”.

Es un tremendo chineado y confiesa ser un hombre que demanda mucho tiempo y al que le gustan los masajitos en la espalda y en los pies.

Le gusta que lo besen en la boca, el cuello y la espalda.

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Cortesía Sony BMG /Al Día

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