Las operaciones secretas de Reyes, Granda y Vanegas aquí

FARC usaron al país en plan de “diplomacia guerrillera”

Colombia denunció acciones de Reyes aquí desde el 2004 / Decomisados 16 mil correos de sus computadores / Presencia de guerrilleros, campamentos y hasta emisoras en seis países

Las guerrillas colombianas de las FARC usaron al país desde los años noventa como parte de su estrategia de crear un frente diplomático internacional que les diera reconocimiento, legitimidad y soporte logístico, sostienen informaciones de medios colombianos consultados por Al Día.

Piezas claves en esta operación fueron Raúl Reyes (comandante de las Farc muerto hace un mes en un bombardeo de la aviación de Colombia a su campamento en Ecuador), quien vivió aquí, Rodrigo Granda, el denominado “Canciller” de las Farc, y el médico Hernando Vanegas, amigo de Granda, descrito como “uno de los embajadores” del grupo insurgente y quien también residió en el país. Todos tienen múltiples contactos locales.

“La misión de consolidar y ordenar este frente le fue encomendada a Raúl Reyes, quien durante varios años vivió en Costa Rica y desde allí realizaba los contactos con organizaciones de El Salvador, Guatemala y Nicaragua, que estaban en plena lucha”, reveló la revista Semana de Bogotá, el 27 de noviembre del 2000.

El ministro de Seguridad, Fernando Berrocal, quien denunció la penetración de las Farc en “sectores políticos” del país, dejó ayer su cargo. Tenía previsto presentarse hoy al plenario legislativo. (Nota en página 4).

Las operaciones secretas de las Farc se dieron bajo autorización del exmandatario José María Figueres Olsen (1994-98), como parte del apoyo de Costa Rica al proceso de paz en Colombia.

Reyes confirmó a La Nación en el 2000 que, como parte de ese proceso, se reunió en una oportunidad con el hoy Presidente Óscar Arias, con quien no congeniaron “por su carácter”. Pero agradeció el apoyo que recibieron en las administraciones Figueres y Calderón. También agradeció al expresidente Carazo.

Reyes y Granda tuvieron contacto, a finales de los años 90, con la académica Cruz Prado, en cuya casa (en Barrio Jesús de Santa Bárbara de Heredia) la policía halló, el 14 de marzo pasado, $480 mil de las Farc, gracias a un dato de la inteligencia colombiana.

Prado asegura que no supo en un inicio de la identidad real de ambos líderes insurgentes, ni de lo que le había dejado Granda en una caja fuerte.

Granda --quien visitó en al menos nueve ocasiones el país-- intentó establecer en el 2000 una base política de las Farc aquí, lo cual fue rechazado, según reveló el entonces Ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos.

Granda le dejó un poder a Cruz Prado para que le vendiera una casa y un carro.

Al Día verificó que la casa le fue traspasada a Yadira Arias, esposa del médico colombiano Hernando Vanegas, amigo de Granda, quien abandonó el país en el 2005 ante el temor de ser capturado por la policía colombiana.

Vanegas vive en Suecia y un informe de inteligencia citado por la revista Cambio de Bogotá asegura que era uno de los “embajadores” de las Farc.

El médico, en una entrevista que se difunde en Internet, confirmó su relación con Granda y sostuvo que aquí recibió apoyo de dirigentes sindicales, entre ellos Jorge Arguedas del ICE y de otras organizaciones sociales.

José Merino, diputado del Frente Amplio, confirmó que recibió a Reyes y a Granda en la Asamblea Legislativa durante el periodo 1998-2002.

Las Farc son consideradas por los Estados Unidos como una organización terrorista desde 1997. Contra 50 de sus líderes hay un proceso por introducir $25 billones en cocaína a esa nación.

El diario El Tiempo de Bogotá informó ayer que el presidente Álvaro Uribe recibió un informe confidencial de la inteligencia colombiana, con 43 alertas sobre la presencia de miembros y contactos del grupo guerrillero y la ubicación de campamentos en países como: Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Ecuador y Venezuela. Según El Tiempo, de los computadores de Reyes, decomisaron 16 mil correos sobre las operaciones del grupo terrorista.

También “The New York Times” reveló ayer que tuvo acceso a 20 correos del computador de Reyes que revelan el posible apoyo de Venezuela y Ecuador a la guerrilla colombiana.

Costa Rica, eslabón clave

Costa Rica pasó a ser un eslabón clave en las pretensiones de las Farc de crear un denominado Frente Internacional en los noventa, según la revista Semana.

“El conflicto armado salió del país. Esto quedó en evidencia hace unas semanas con los casos de un miembro de las Farc detenido en Brasil y de la ausencia de este grupo guerrillero en el encuentro de Costa Rica”, se sostiene.

Semana citó al entonces ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Guillermo Fernández de Soto, quien denunció la estrategia guerrillera y una ofensiva diplomática oficial de su país.

“Estaban acostumbrados a ejercer la diplomacia guerrillera con mucha libertad apoyados en la solidaridad internacional”, dijo Fernández, quien reveló un plan para contrarrestarlos.

La estrategia consistió en que si en alguna ocasión la guerrilla tenía un contacto con algún gobierno, éste le informaba previamente a Bogotá.

“El 95 por ciento de los países coordinan con Colombia cuando esto sucede”, afirmó el Ministro.

Parte de la red

Según Semana, la ofensiva de la diplomacia guerrillera quedó en evidencia durante un encuentro que hubo en Costa Rica y en el que sostuvieron: “El señor Presidente de la República ha ordenado a sus embajadas una perversa campaña represiva contra las Farc-Ep en el exterior”.

Con esta decisión el grupo guerrillero quiso hacer una denuncia y de paso aceptó que no está dispuesto a ceder terreno en la “guerra diplomática”.

Según Semana, fue en 1996 cuando las Farc decidieron incrementar sus relaciones internacionales.

“Comenzó por fortalecer su estructura y cambiar el nombre de ‘Comisión Internacional’ por el de ‘Frente Internacional’.

Con esto buscaban tener una infraestructura que les permitiera pasar de simples acercamientos clandestinos con los movimientos y partidos de izquierda a contactos abiertos con gobiernos o partidos mayoritarios de otros países”, reveló la revista.

El plan de los insurgentes era ambicioso “porque, al igual que el funcionamiento de los frentes guerrilleros dentro del país, el Frente Internacional debía estar compuesto por un estado mayor. Esto le permitiría actuar con relativa autonomía del secretariado.

Por aquel entonces la misión de consolidar y ordenar este frente le fue encomendada a Raúl Reyes, quien durante varios años vivió en Costa Rica.

Según confirmaron a Semana varias fuentes cercanas al secretariado, en esa época su mano derecha en la región fue Marcos Calarcá.

El Frente Internacional se subdividió en tres grandes áreas de trabajo: Centro y Suramérica, Norteamérica y Europa.

El primero tiene dos propósitos fundamentales.

El más importante es buscar el reconocimiento del estado de beligerancia.

El segundo objetivo busca esencialmente el fortalecimiento logístico, especialmente con países fronterizos como Panamá, Ecuador, Venezuela y Perú.

El frente de Norteamérica –reveló Semana- estaba integrado por comités que buscan recursos económicos y apoyo de diversas entidades no gubernamentales, principalmente en Canadá.

La revista sostuvo que para la organización guerrillera, el frente europeo era el más importante en aquel momento.

“Las Farc empezaron a trabajar fuertemente en Europa tan sólo hace cuatro años. El ELN lleva mucho más tiempo trabajando en esta parte del mundo. Las Farc utilizaron como puerta de entrada a los países europeos dos temas que son bastante sensibles, como son los derechos humanos y el medio ambiente, dijo a Semana un alto ex funcionario del Estado.

En Europa, la tarea le fue encomendada, según Semana, a Olga Lucía Marín (cuyo verdadero nombre es Liliana López).

Durante años Marín trabajó con Raúl Reyes y Marcos Calarcá, en México, coordinando las relaciones en Centro y Suramérica. Era la encargada de supervisar, dirigir y trazar las “políticas internacionales” en Europa.

Semana destacó la complejidad que para la seguridad colombiana representó la operación del frente diplomático guerrillero.

Aunque la mayoría de los miembros del estado mayor del Frente Internacional están identificados, la principal dificultad es la rotación que las Farc hacen de las personas que realizan esas tareas “diplomáticas”.

Las Farc tienen “embajadas permanentes” en 15 países en todo el mundo.

Dependiendo de una serie de condiciones, que van desde la afinidad ideológica de los gobiernos hasta las posibilidades de autofinanciación, cada uno de estos países tiene una especie de “cupos diplomáticos” asignados.