Tailandia / AP y DPA. - Con vientos superiores a 193 kph, el ciclón Nargis se convirtió en una de las tormentas más mortíferas de Asia al tocar tierra, el pasado 3 de mayo, en uno de los lugares más bajos de Mianmar, país del sudeste de ese continente.
El ciclón tuvo un poder más devastador que el tsunami de fines del año 2004, en el sur de Asia, tomando en cuenta las consecuencias económicas, informó esta semana la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El tsunami de hace 4 años provocó la muerte de 230.000 personas.
Según Ken Reeves, director de pronósticos del sitio Web AccuWeather.com, el delta del Irrawaddy (principal río de Mianmar) es inmenso y la interacción del agua y la tierra al nivel del mar permitió la máxima penetración de agua salada en el continente impulsada por la marejada.
Nargis creó un oleaje que ingresó a 40 kilómetros tierra adentro a través de Irrawaddy.
Los meteorólogos comenzaron a rastrear el ciclón el 28 de abril cuando se dirigía inicialmente a India. Como se esperaba, dio un giro hacia el este, pero no siguió la típica ruta de un ciclón en esa área rumbo al sector montañoso de Bangladesh.
En lugar de ello, se movió hacia el Irrawaddy en el centro de Mianmar. Resultó el mayor desastre en este empobrecido país.
Jeff Masters, director de Meteorología en Weather Underground, en San Francisco, Estados Unidos, calificó el fenómeno como una de esas cosas que ocurre una vez cada 500 años.
Cuando la tormenta tocó tierra en la boca del río Irrawaddy, sus vientos empujaron una pared de agua de hasta 3,6 metros de altura a 40 kilómetros tierra adentro, devastando villas y matando a miles de personas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimó, el viernes pasado, que las víctimas mortales causadas por el ciclón aumentará hasta llegar a ser de 100.000 personas o incluso más.
John Holmes, coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, informó que las personas gravemente afectadas por las consecuencias del fenómeno climático es de entre 1,2 y 1,9 millones.
No quieren recibir ayuda
Mianmar, antigua Birmania, está gobernado por una dictadura militar desde 1962 y no se celebran elecciones parlamentarias desde 1990. A los ojos de los militares, todos son enemigos potenciales, incluidos los trabajadores de organismos internacionales de ayuda.
La junta gobernante incautó, el viernes pasado, la carga de dos aviones con suministros de emergencia que la ONU había enviado. Hizo lo mismo con la ayuda de otras naciones u organizaciones.
La comunidad internacional no tiene más remedio que esperar la autorización del gobierno. El régimen militar es extraordinariamente xenófobo. Tiene miedo de todo, dijo Sean Turnell, experto en Mianmar, de la Universidad Macquarie en Australia.
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