Yensy Aguilar Arroyo
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En 1870, Ezequiel de Jesús Morales propuso levantar un templo católico en la comunidad de Santa Ana, con el apoyo de la Junta Edificadora.
Para llevar a cabo la obra, Matías Robles donó una manzana de terreno para la edificación y fueron contratados Ramón Pérez y Ramón Campos para el diseño y dirección de obras, respectivamente.
Como resultado del esfuerzo comunal se construyó un templo de sillares de piedra pegada, con techo de teja, dos torres sencillas y piso de piedra labrada.
Las obras finalizaron en 1881 y conforme ha pasado el tiempo, se le han hecho agregados como el coro, el presbiterio y los altares.
Es un ejemplo de la tipología arquitectónica neoclásica y representa el sistema constructivo de los templos de la segunda mitad del siglo XIX.
Posee una cubierta y estructura interna de madera y la fachada oeste presenta tres puertas y dos torres, las cuales se conservan en la actualidad.
Las fachadas laterales tienen seis ventanas con una puerta en el centro y se mantienen lo detalles de decoración de la fachada principal.
En 1924 por los daños ocasionados por los temblores se sustituyó el techo de tejas por hierro galvanizado y se pintaron las paredes.
En la década de los 50 se colocaron torres de ladrillo y se sustituyó el piso por mosaicos.
Siete años después, el presbítero Feliciano Álvarez trajo de Italia un púlpito y se colocaron puertas de madera talladas.
Fue declarado Patrimonio Histórico con el decreto 27643-C del 18 de febrero de 1999.
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