MSc. Margarita Murillo Gamboa
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El amante es uno de los cuatro arquetipos que deben ser educados desde tempranas edades.

Son ideas inconscientes y colectivas, es decir, todos pensamos que eso existe, que es así, que debe ser así y no lo ponemos en duda.

Nuestras relaciones, desde estas creencias, dependerán de lo bien que “aprendamos” a dominar el arquetipo. Pero en realidad genera vacíos, ansiedad, tensión y poco placer.

El arquetipo del amante es el que se asocia a la “necesidad de conquista” en el hombre. Pero visto desde la connotación sexual, la conquista es más hacia la búsqueda rápida de la penetración y eyaculación, sin vínculo.

En el amante el mito está sobre la potencia sexual, es decir, los hombres deben ser capaces siempre de tener una erección, no interesa si están cansados, frustrados o depresivos.

El amante debe ser el que controla la libido (el deseo sexual) de la y las mujeres. Es el encargado de hacer que la mujer se “derrita” ante sus grandes “habilidades” y “experiencia”.

Les advierto, que no es que estas conductas sean inadecuadas o que algunos hombres o mujeres las esperen, el problema es centrar nuestras ideas o creencias, de que “así siempre deben ser los hombres”, es decir está en juego la masculinidad.

Siguiendo con el arquetipo, se espera que el hombre sea el responsable y encargado de reproducir y aprender lo más posible acerca del placer femenino. Este mito se reproduce muy a menudo en la pornografía.

Erich Fromm en su libro “Anatomía de la destructividad humana”, menciona que el efecto que deja este tipo de producción (pornografía) es el de placer por la violencia, pues no hay vínculo ni estimulo de la ternura, lo que hace que la agresividad que vemos se convierta en violencia.

Recordemos que estos arquetipos son mensajes inconscientes que han sido impuestos y nos hacen creer que si cumplimos eso vamos a poder “ser hombres” o “mujeres” “buenos” para lo que se espera a nivel del rol sexual. Ellos activos, ellas pasivas.

Sin duda alguna se confunden las conductas del bienestar sexual, que todos deberíamos de aprender y que son necesarias para el buen vivir.

Consultas

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No se trata de dar las indicaciones de un método de los tantos de la tecnología anticonceptiva, sino de hablarlo con claridad y afecto. En las relaciones coitales (genitales) el hombre y la mujer deben asumir la responsabilidad de la salud reproductiva.

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