Recientemente se publicó en la prensa nacional que muchos motociclistas no usan el casco, convirtiéndose en una de las causas que explican el alza en cantidad de víctimas fatales. En otros casos, sucede que lo andan mal puesto.

El problema se agrava en los barrios y zonas rurales, donde la vigilancia policial es menor.

Como lo afirmó el Director de la Policía de Tránsito Germán Marín, “el casco hace la diferencia entre la vida y la muerte, protege una de las partes más importantes del cuerpo”.

Muchos creen que no es necesario su uso cuando se circula a poca velocidad y cuando se hacen paradas frecuentes, lo cual es totalmente falso, porque este siempre se debe utilizar independientemente de la zona donde se circula y la velocidad de manejo.

Diversos estudios médicos han llegado a la conclusión de que en las mismas condiciones de velocidad, en caso de accidente, un motorista equipado con un casco, sufre lesiones menos graves, que un motorista que no lo lleve. Su uso reduce en un 50% la posibilidad de lesiones craneales.

Motorizados Al Día ha insistido frecuentemente sobre este tema y a continuación repasamos algunos aspectos esenciales:

1. En primer lugar, su casco debe ser de una marca conocida o recomendada por algún otro motociclista experimentado. Además, cumplir con alguna norma de seguridad, ya sea con la norma DOT o con la norma Europea ECE 22-05 (en la parte trasera del casco viene la especificación).

2. Es importante que se ajuste a la cabeza, sin que esto reste comodidad al motorista. Si usted no sabe el tamaño del casco que debe comprar, coja una cinta métrica, rodee su cabeza por encima de las cejas y el borde superior de las orejas. Le medida en centímetros corresponde a la talla de su casco. En todo caso, siempre es mejor la más ajustada, ya que con el tiempo ceden.

3. Por su estructura, las células que configuran el relleno de protección (responsable de absorber la mayor parte de la energía del impacto, antes de que llegue a la cabeza) se deforman después de un golpe y no vuelven a recuperar su posición original ni, por tanto, su capacidad de protección. Por eso cambie su casco si ha recibido un golpe (una simple caída desde una altura superior a metro y medio), aunque no se aprecien daños a simple vista. Podría ser ineficaz para un accidente.

4. No desmonte sus componentes, modifique su estructura ni le añada accesorios sin asesoría, pinturas o autoadhesivos.

5. Nunca lo deje cerca de una fuente de calor.

6. Al cerrarlo debe quedar perfectamente sujeto para evitar que sea lo primero que salte en una caída.

7. Procure que tenga colores vivos y claros, mejor si lleva materiales reflectantes.

8. Si lleva anteojos corrobore que se ajusten con el casco puesto.