Antonio Alfaro
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Querían olvidarse de lo sucedido el miércoles. Se les notaba.

Todos aportaron un poco, hasta los encargados de la seguridad en los graderíos parecían tener la misma misión; “gracias” a ellos muy pocos vieron la manta con una queja a Jeaustin Campos, por la eliminación en Concacaf.

Mientras unos evitaban la protesta del aficionado, otros en la cancha le arrancaban cualquier ilusión al cuadro de Liberia Mía, con gol apenas a los tres minutos de juego de Jairo Arrieta.

Se sumarían el tanto de Celso, un buen cabezazo, y la “tripleta” de Armando Alonso. El “Caya” apenas tuvo que empujar cuando el zaguero Pablo Chinchilla se hizo un colocho, en su intento por despejar casi sobre la línea de gol (3-0); luego se lució con “sombrerito” sobre el arquero Mesén (4-0), cuando Chinchilla lució fatal; y levantó a todos de los asientos con ese remate de media distancia al ángulo (5-0), culminación de una gran jugada de pared con Rónald Gómez (taquito incluido).

Fueron cinco y pudieron ser más. Mesén lo impidió en varias intervenciones. En otra fue el horizontal. También el cronómetro, porque llegados los 90 y pico minutos, Saprissa estaba en lo más y mejor, sin dar muestras de querer terminar el juego.

Liberia, en cambio, de seguro deseaba que se acabara aquello cuanto antes. “Vergonzoso”, como reconocieron Michael Umañana y José Carlos Cancela. ¿Y así aspiran al título? Equipo tiene.

Ayer, por ejemplo, apantalló con la alineación de Mínor Díaz, Jacques Remy y William Sunsing, como si fueran a irse encima del cuadro morado.

Cuando por fin pusieron en aprietos al guardameta morado Keylor Navas -ya habían pasado 30 minutos de juego y el marcador estaba 2-0-.

Fue Saprissa quien acosó desde el inicio del juego, el que presionó la salida y provocó el error, muy diferente al Saprissa que enfrentó al Marathón. En Honduras le apostó a pararse bien atrás -en otro escenario y otra circunstancia- con la posibilidad de celebrar un empate y hasta golpear al rival de contraataque. La pifió.

Ayer, en cambio, todo parecía salirle. Dejó muy mal parada a una defensa con nombres respetables, como Michael Umaña y Pablo Chinchilla, quien no pudo verse peor, expulsado. Saprissa jugó bien, arrolló, goleó a uno de los supuestos candidatos a pelearle el campeonato. Encontró consuelo. No sabemos si igual de satisfecho quedó el aficionado al que le quitaron su manta.

Chinchilla y compañía fueron un desastre

Un paseo para Alpízar. La defensa pampera fue un desastre. ¡Y algunos dicen que Liberia está para el título! José Rivera.

En los días previos al compromiso de ayer en el estadio Ricardo Saprissa, los jugadores de Liberia habían prometido que vendrían con todo para llevarse los tres puntos.

Al final, se quedó solo en eso, en una promesa, porque los pamperos fueron un equipo muy endeble, que brindó facilidades a un Saprissa que venía herido, tras quedar eliminado de la Liga de Campeones de la Concacaf.

La defensa visitante fue un desastre; jugadores como Pablo Chinchilla jugaron pésimo.

Como una completa vergüenza, así resumieron el accionar mostrado frente a los morados. “Es vergonzoso perder un partido 5 a 0, eso es lo único que uno siente. Perder en la forma en la que se perdió, uno se siente con una vergüenza deportiva”, mencionó el volante uruguayo José Carlos Cancela. “Es vergonzoso. Hay que aceptar que nos ganaron bien, que nos pasaron por encima”, destacó el zaguero Michael Umaña.

Su técnico, el francés Alain Gay, aseguró que lo importante va a ser lograr el objetivo final, que es clasificarse a la siguiente fase del torneo.

Es posible que lo logren. Pero quien diga que Liberia está para el título, debe estar bromeando.