Milton Montenegro
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La historia registrará el partido. Dentro de unos años se recordará el sufrimiento de los manudos, por el mal desempeño de su equipo en el primer tiempo.

La angustia de los rojinegros por el gol que no caía, por la presión de la Liga en el complemento, mientras la Universidad se ahogaba en su propio encierro.

Dentro de algún tiempo alguien hablará de la anotación de Marvin Chinchilla, del penal bien ejecutado por Jean Carlos Solórzano, las tapadas de Alfonso Quesada, pero sobre todo del adiós.

Ayer fue la despedida de la gramilla del Morera Soto, el pasto natural cumplió su ciclo de vida y le dará paso al campo sintético.

Fueron 66 años de uso, de alegrías y también tristezas para los manudos, quienes estrenaron la “alfombra” como años atrás le llamaban, frente a Cartaginés.

Ayer en el último compromiso contra la U, la Liga pasó apuros, se vio mal en el primer tiempo, pero mejoró en el segundo y luchó para no despedirse con una derrota.

Para no quedarle mal a don Álvaro Vega, quien tiene cincuenta años de cuidar la gramilla y ayer fue el dedicado del juego.

En las gradas los erizos le hacían fuerza a la victoria, cruzaban dedos, otros querían bajar todos los santos del cielo, mientras los pocos seguidores de la U, sacudían sus manos y se las mostraban a los rojinegros, en clara señal de que no temblaran.

Más de uno estaba con los nervios de punta, hasta que la tranquilidad llegó con el tanto de penal de Jean Carlos Solórzano.

“Nico” corrió a celebrar frente a la gradería de sol. Alfonso Quesada, portero de la U, dejó su arco para lamentarse, se movía de un lado a otro buscando explicación, mientras que su compañero Daniel Alvarado le llamó la atención y le pedía que volviera a su puesto, pues el juego se iba a reanudar.

Al final la U soportó la presión y los actores salieron satisfechos con el empate en el marcador.

Satisfechos porque la Universidad hizo un buen primer tiempo, controlando el balón, ganando las pelotas divididas y no dándole espacio a la Liga, que ante la presión de verse mal, lucía peor con tanto pase sin sentido.

El panorama cambió en los segundos 45 minutos, cuando Alajuelense mejoró.

Por otro lado, Carlos Castro, quien la semana pasada dijo que quería irse de la Liga, manifestó en Monumental que “prefiero pegarme un tiro que jugar ahí (en Saprissa). Ni dándome un millón de dólares. Mi corazón es rojinegro. Cualquiera menos la “S”.

“El equipo madura”

Mini-entrevista a Marcelo Herrera, técnico de la Liga

¿Por qué le costó a la Liga en el primer tiempo?

Recibimos un gol muy rápido y el rival hizo un buen juego, pero el equipo creció, mejoró y lució bien.

¿Qué fue lo mejor de su plantel?

La actitud fue sobresaliente y no me queda más que felicitarlos. Se vio mucho coraje y mi opinión es que el equipo está madurando.

A la Liga le faltó alguien que le diera ritmo. ¿Adolecen de un jugador que se eche el equipo al hombro?

Son los mismos jugadores del principio, arrancamos el campeonato con esta gente. La única inclusión fue la de Juárez, pero es lo que siempre hemos tenido.

¿Su equipo se excede en acciones individuales?

Probablemente sea así, eso se da por la juventud e inexperiencia.