Allan Andino
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El relieve de su torneado y bronceado cuerpo la destacan como una de las modelos más atractivas del país. Curvas que suben y bajan como una montaña la hacen digna de admirar, y no en vano es la chica inamovible de los eventos de Imperial.
Kimberly Chaves hoy luce una figura envidiable luego del cariñito que se dio al colocarse implantes de silicona.
Lejos de hacerlo por moda, la orotinense nos cuenta cuál fue el motivo que la hizo caer en la tentación.
¿Hace cuánto se operó?
Fue a mediados de agosto. Tomé la decisión porque no estaba muy conforme con mis senos, entonces pensé en hacerme un retoque.
Dicen que es su segunda operación, ¿es cierto?
Sí. La primera me la hice después de tener a mi hijo. Perdí mucho peso luego del embarazo, me estaba secando corporalmente. No me coloqué implantes por moda. Me había puesto 350 cc y ahora estoy en 380 cc.
¿Qué le decían sus familiares y amigos cuando decidió operarse de nuevo?
Tenían miedo de que cometiera la locura de ponerme implantes más grandes de la cuenta, porque desentonarían con mi cuerpo.
¿Cómo ve los resultados?
Estoy muy contenta. Lo que hice fue ajustar las “bubis” para que se vieran firmes. Me siento cómoda cuando uso una blusa sin sostén o en mi intimidad frente al espejo. Creo que van en armonía con mi cuerpo.
¿Ha sentido el efecto del aumento cuando va por la calle?
(Risas). En realidad no porque casi no salgo, soy muy casera. Solo mi familia me ha visto y me dan su total aprobación porque se ven naturales. Mi mamá se asustó un poquito al principio.
¿Qué indicaciones médicas tiene que seguir?
Voy a revisión una vez a la semana, tengo una dieta balanceada y no puedo hacer ningún esfuerzo físico. Volví a trabajar hasta hace una semana, pero solo como modelo, ya no no bailo.
¿Cuánto dinero invirtió en esta cirugía?
Fueron $4.300 (¢2,4 millones), pero porque era un caso especial. Era un cambio de implantes, además son de última generación, lo más novedoso que hay en el mercado. Fueron traídos especialmente para mí desde Brasil.
¿Vale la pena invertir tanto en una operación?
¡Claro que sí!. La satisfacción propia no tiene precio. Como mujer me siento muy feliz y satisfecha por el trabajo que realizó el cirujano Da Costa. Me siento más vanidosa que nunca.
Muchas mujeres tienen el “gusanillo” de operarse por moda, ¿qué les dice usted?
Que tengan muy presente por qué razón quieren hacerlo, además que se aseguren de contar con un buen médico, que tenga certificación del colegio de médicos y cirujanos.
¿Se siente más sensual?
Sí, como una sirenita escultural. Antes y después de la operación me he sentido sexy.
¿Qué piropos le dicen?
Un día me dijeron uno demasiado cómico. Fue algo así: “Ya sé quien es la responsable del calentamiento global” (se ríe).
¿Pasaría nuevamente por el bisturí?
La verdad me dolió mucho, pero conforme pasen los años el envejecimiento hace de las suyas. Digamos que dejo la puerta abierta.
Así es ella
Sus medidas pasaron de 88-62-94 a 92-62-94.
Es egresada de la carrera de asistente y técnica dental.
Tiene 24 años, nació un 11 de mayo de 1984 y su estatura es 1,71 metros.
Sus pasatiempos son: compartir con su hijo, ir al cine y al teatro.
Le fascina broncearse en la playa, patinar, bailar y reunirse con sus amigas.
Es oriunda de Orotina pero vive en San Pedro.
Tiene tres años en el modelaje. Rechazó una oferta que tiempo atrás le hizo un contacto de la revista Playboy. “No me pareció, como mujer espero no llegar a ese extremo. Además, respeto mucho a a mi hijo para hacerlo”, señaló.
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