Esteban Cuvardic, enviado
ecuvardic@aldia.co.cr

¿Quieren conocer el restaurante con peor servicio del mundo? Les “recomendamos” el del hotel “El Rancho”, donde se alojó la Tricolor y los periodistas que cubrimos el partido en Haití. Solo una palabra lo puede describir: qué desmadre.

Si uno pedía una limonada, tardaban más de 20 minutos en traerla, a pesar de que el restaurante estaba vacío. En otra ocasión me levanté a la barra, y allí estaba la bendita limonada, ignorada por los simpáticos pero ineficientes saloneros.

Otras veces uno pedía una limonada y un pescado, y al rato venían con la respuesta: “se acabaron los dos”.

A José Rivera, fotógrafo de Al Día, le trajeron un filet mignon. Cuando iba a empezarlo, pidió otro refresco, pero le dijeron que “el restaurante ya está cerrado”.

Un día tardaron más de una hora en servir dos hamburguesas a Eduardo Solano, de Ovación Radio, y a Luis Díaz, de La Nación. ¡Y el salón estaba vacío!

En otra ocasión, la factura de la cena decía $16. A una salonera le dí $20, pero el vuelto solo fue de $2, en lugar de $4. Ella se recetó a sí misma una propina de $2.

Y no podemos olvidar la mala cara de una gigantesca salonera, cuando le pedíamos “cuentas separadas”.

Una vez pedí un café con leche; lo trajeron a los 20 minutos, pero sin leche. Me dijeron “no hay”. Puse una cara tan triste, que la salonera se compadeció: “espere un momento…”. Quién sabe de dónde trajo la lechita.

Quizás a los seleccionados les fue mejor, pues ellos desayunaron, almorzaron y cenaron en un salón aparte, no en el “peor restaurante” del mundo.

El restaurante de “El Rancho”: qué desmadre, señores. Recomendado.