Ramón Luis Méndez
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El partido para el árbitro finaliza cuando hizo su informe arbitral.

Cualquier error u omisión es parte del juego, y pareciera que es la parte más fácil de hacer.

Pero en muchos casos es cuando más se complica, existe la pésima interpretación, el temor, el qué dirán y muchas otras.

Cosas que hacen caer al silbatero en errores a la hora de confeccionar dicho documento.

Andrés Alpízar, joven árbitro, se equivoca en su redacción cuando dice textualmente, en el juego Puntarenas - Alajuelense, que Roberto Wong fue expulsado por "una entrada por detrás a un contrario".

Eso no es real, fue un planchetazo por delante, hasta para efectos de sanción eso variaría.

Y en el caso de Eliseo Quintanilla, de Alajuelense, hace una sola secuencia de irrespeto y no por separado. Si lo hubiese hecho así, las faltas se acumulan y la sanción es mayor.

Y tampoco informó sobre el contacto que tuvo el jugador con su pecho, rozándole el hombro al árbitro.

El silbante Jeffry Solís, en el juego Herediano - Saprissa, expulsó de buena manera al morado Michael Barrantes, quien estaba muy molesto porque en realidad ya le habían dado y bastante fuerte.

Pero arremete en reclamos verbales sobre el central, tanto que hasta el asistente se mete al terreno de juego y Solis solo lo reporta por la expulsión.

Lamentable, porque si los árbtiros sacan un documento prácticamente exigiendo respeto, ni ellos mismos lo cumplen y se irrrespetan solos.