MSC. Margarita Murillo Gamboa
mmurillo@emailcr.com

Cuando hablo de la actitud de “ser” en la vivencia de la sexualidad, hago referencia a la necesidad de diferenciar las conductas de la sexualidad que te llevan a desarrollar relaciones de posesión y de objetivización.

Desde la teoría de Erich Fromm se denomina cultura de tener, que se ve expresada en frases: “te tengo”, “tú eres mía (o)” y “tengamos sexo”.

Simplemente, desde esta posición se estimula la sensación de que la sexualidad es una mercancía. Como la recibimos como un artículo, es difícil poder descubrir que no solo no es un efecto, sino que forma parte de nuestro cuerpo, que nosotros la producimos para darnos salud.

Lograr que la sexualidad nos lleve a la plenitud como fuente de salud, sólo se podrá dar si cada persona desarrolla mayor autodeterminación y claridad para dejar las actitudes de la cultura de tener. Cuando esto sucede, la sexualidad se logra convertir en un hilo conductor de la evolución y de mí mismo (a).

La sexualidad ha perdido sus dimensiones conscientes para convertirse en un acto trivial, sin auto-organización, auto-renovación, ni auto-conservación.

Tal parece que nuestra sexualidad se vive sin conciencia, se nos dice que es como “instintiva”, un eje medular de la conducta sobre la cual no se tiene control.

No se debe perder la dirección de la evolución, hay que tener paciencia y fe en que poco a poco se dará el cambio. Algunos ya lo iniciaron, otros lo “olieron” y otros ni siquiera lo notaron.

Se debe tomar en cuenta las necesidades, habilidades, los valores y el sentido que cada escuela, familia o comunidad desea darle a su desarrollo de educación de la sexualidad, para eso se requiere de tiempo.

Es importante comenzar a remitirnos a la noción de tiempo que teníamos en nuestra infancia. Durante ese tiempo muchos tuvieron confianza y admiración. Ese era el tiempo en el que todas las cosas y situaciones producían en algunos de nosotros una fascinación y en otros no tan buenos recuerdos.

Los y las maestras, así como algunos de los padres de familia, poseen ese espacio único donde se conocen los secretos y los tiempos de crecimiento de los niños que comienzan en la escuela.

Procuren observar y diferenciar entre la sexualidad a la que de alguna forma le “tememos”. Una sexualidad biológica, sin sentimientos, que no nos permite vincularnos. Mejoren la calidad en las relaciones, es el primer paso para renovar la vivencia de la sexualidad.

Continuaremos con este tema más adelante.

Consultas

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¿Es relevante que en la pareja se llegue al orgasmo al mismo tiempo?

En la vivencia del placer cada uno lleva su ritmo, puede que en ocasiones ambos logren un orgasmo juntos, pero no es la meta. La gente tiende a medir la calidad del encuentro sexual con la calidad de los orgasmos, por eso tenemos muchas frustraciones. El placer se mide por la intensidad del vínculo a nivel erótico-afectivo y espiritual. No se compite, no hay metas, disfrútelo.