Allan Andino
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Desde que puso un pie en los estudios de Televisa San Ángel hace cuatro meses, su luz encandiló por los pasillos del canal mexicano, donde se ganó un espacio en una de sus telenovelas.
Mariluz Bermúdez está más que contenta con su participación en el drama “Central de abasto”, que transmite El Canal de las Estrellas los lunes, miércoles y viernes.
Este viernes precisamente las grabaciones irán a tiempo de descanso y la tica aprovechará para regresar mañana al terruño por unos días, pero antes, nos contó del buen momento que vive.
¿Cuánto lleva viviendo en Ciudad de México?
Nueve meses desde que entré a estudiar al Centro de Estudios Artísticos (CEA). Aquí sigo con las clases, y en la novela tengo cuatro meses.
¿Cómo le va en “Central de abasto”?
Muy bien. Mi personaje es “Rocío”, la mala de la novela. Me llamaron para hacer 140 capítulos, pero podríamos extendernos hasta mediados del 2009 debido al éxito.
¿Le gusta ser la villana?
¡Me encanta! Viera cómo se divierte uno, porque explora acciones que jamás haría como persona. Soy la que le hace la vida imposible a todos. Le quita el novio a la prima, se enamora, y hasta padece una enfermedad.
¿Una escena complicada?
Un día de cachetadas le dije a mi compañera que me la diera en serio, para que se viera real y no repetirla. Fue tal que se vio mi cara donde se volteó y me quedó rojo.
¿Los besos son reales?
Todo es muy respetuoso y son truqueados, nada de lengua ni eso (risas). Es puro labio, no es real porque no sientes nada.
¿Cuánto gana?
Digamos que se gana bien, y si hay horas extra más.
¿Qué sacrificios ha hecho para llegar donde está?
Estar lejos de mi familia. Lo más fuerte fue cuando murió mi abuelito en abril, y no pude ir. Estaba mi permiso de trabajo en trámite. Me quería volver loca, pero esas cosas son las que te hacen madurar.
¿Son gustadas las ticas en México?
¡Uh! Sí, las ticas llamamos la atención. Somos muy diferentes, aquí son más “agazapadas”, más conservadoras pero es por la cultura. Nosotros somos más extrovertidas, más naturales.
¿Con cuáles ticas ha departido en México?
Principalmente con Wendy Myrie y Katherine Kellerman (la última ya se graduó en el CEA). También un poco con Kathryn Árbenz y a Verónica Bastos me la encuentro en los pasillos.
Su corazón ¿cómo está? ¿Hay algún pretendiente?
Ahorita prefiero estar solita, tranquila y enfocada en lo que estoy, disfrutando de esta etapa.
¿Qué extraña estando tan lejos de su país?
Extraño comer pinto. “La negra” (Myrie) a veces viene a mi casa y se pone a cocinar. Extraño manejar y andar en las calles de mi país, hasta las presas me hacen falta. Aquí no puedo manejar, y además son monumentales, me da miedo.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención desde que llegó a México?
Con lo poquito que tengo de estar en la novela, vieras cómo lo apoyan a uno. La gente me toma cariño y me llaman por “Rocío”. A veces hasta me da pena porque me piden que les firme la camisa, y mi humildad no me lo permite. La gente aquí es muy fanática.
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