Isaac Zúñiga Keith
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Desamparados. Estuvo el domingo anterior en el ojo del huracán, en el estadio “Fello” Meza.
Esto debido a la agresión verbal, con conato de bronca, por parte de algunos aficionados brumosos, en contra del presidente del Brujas, Mínor Vargas, y algunos jugadores del cuadro hechicero.
Ese día el delantero Ricardo Steer vivió un momento bastante apremiante, no tanto por él (aunque le lanzaron un refresco en la camisa), sino por su esposa y su hija Paulina, de apenas 5 años, quien estuvo en el tumulto de gente y salió golpeada.
“No pensé en nada, ni en Brujas. En nadie. De momento se me pasó por la cabeza mi hija, que estaba en ese tumulto de gente y de pronto pensé en no perjudicarla”, explicó el ariete colombiano.
Steer comentó que los hechos bochornosos empezaron “con palabras obscenas; también tiene que hacerse respetar uno, porque si no, pasa una vez y sigue pasando. A lo último fue una agresión verbal contra el presidente y no podemos permitir eso. Los que estábamos ahí reaccionamos y en ese momento me empujaron a la niña y me salí de casillas”.
Aún así, y a pesar de lo sucedido, dice que el mal momento quedó en el olvido. “Esa es la educación de ellos, pero qué más se va a hacer. Uno como ser humano actúa; son cosas de calentura”.
TICTACTIC
Steer instó a esos aficionados a que sigan apoyando a su equipo. Pero con otra actitud, teniendo la cabeza “un poquito más fría, para pensar lo que se está haciendo. Si hubiéramos actuado de otra forma, quizás se da algo más grave”, dijo el colombiano.
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