Allan Andino
aandino@aldia.co.cr

Atrás quedaron los fantasmas de permisos y la fiebre porcina. La noche del martes, nada impidió que la leyenda de la música regional mexicana Vicente Fernández, le cantara a los ticos luego de 25 días de espera.

De 8:40 p.m. y hasta las 11:30 p.m. el charro dejó extasiados a sus miles de seguidores con un repertorio cargado de éxitos, que iban desde sus inicios hasta los de su último disco “Primera fila”.

Contadas fueron 51 canciones las que interpretó Fernández acompañado por 13 músicos que conforman el Mariachi Azteca.

“No me sé rajar”, “La ley del monte”, “El último beso”, “Acá entre nos”, “Cruz de olvido” y “El chofer” dieron rienda suelta al poderío de su voz –que demostró en ocasiones distanciando el micrófono hasta su cintura–. Por primera vez y a petición del público, según confesó, se mandó con “Estos celos” en dos ocasiones.

Fajas, flores, sombreros típicos costarricenses, banderas y un sostén fueron parte de los regalos de la gente. Luego de varios tequilas, “Chente” se despidió cantando la siguiente frase: “...y a Costa Rica he de volver”.

Las tres caras

Lo bueno: Había buen sonido y el “show” se extendió por casi tres horas.

Lo malo: La Cruz Roja reportó 10 personas atendidas, de ellas cuatro se trasladaron al hospital, una por caída y tres por efectos del licor. Muchos se las ingeniaron para meter botellas de vidrio con whisky, burlando la seguridad.

Lo feo: Robaron pertenencias en el área VIP y los discapacitados no estaban bien ubicados, les tapaban.

Así lo veo

Elena Umaña. |

Elena Umaña, Cantante de Kalúa.

Es único, no tiene reemplazo. Ahí no hay paquete, se oye igual en vivo que en disco”.

Jair Cruz, Locutor y presentador.

Desorden con las sillas VIP. Las bromas de Adal un poco pasadas, y Vicente ¡muy bueno!”.