DPA, EFE y AFP.- El primer cumpleaños de Barack Obama en la Casa Blanca, los 100 días de Gobierno que celebró este miércoles, tuvieron un sabor agridulce para el mandatario.

Y es que si bien Obama puede vanagloriarse de gozar de una popularidad inédita, tanto dentro como fuera de sus fronteras, también afronta la peor crisis económica de la historia, y la alerta sanitaria por la gripe porcina que, ayer mismo, cobró su primera víctima.

Desde los medios más conservadores hasta los más progresistas, todos coinciden en que hay una aprobación generalizada en el país a la gestión del primer presidente negro. Y, quizás más importante aún, la sensación popular de que está cumpliendo sus promesas, como indica un sondeo de CNN y el diario “USA Today”.

Según esa encuesta, un 63 por ciento aprueba su gestión y el 68 por ciento de los estadounidenses considera que Obama está cumpliendo sus promesas, un récord no batido desde los tiempos del presidente John F. Kennedy.

A ello se une el aplauso que la comunidad internacional le ha dado, incluidos algunos de los huesos más duros de roer, como el presidente venezolano, Hugo Chávez, a quien le dio un reconciliatorio apretón de manos.

Como si esto no fuera motivo suficiente para celebrar, Obama recibió el martes un inesperado regalo: el veterano senador republicano Arlen Specter se pasó a las filas demócratas.

El cambio de bando de Specter hace que los demócratas acaricien la ansiada cuota de 60 asientos en el Senado, número necesario para poder pasar leyes.

Durante estos tres meses, Obama ha mostrado también una gran actividad, ordenó el cierre de Guantánamo, pidió el fin gradual de la guerra en Irak y consiguió la aprobación de $787.000 millones para la crisis económica.

Pero no sólo eso, ha ofrecido 11 ruedas de prensa, y pronunciado una decena de discursos.