Hugo Solano
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Limón. - Los taxistas no quieren trabajar de noche. Los colegios de la periferia del cantón central cambian horario para salir antes. Los comerciantes narran historias de asaltos a pleno día y las autoridades policiales hacen esfuerzos por contrarrestar las arremetidas del hampa, principalmente en el centro.

Un total de 40 homicidios fueron registrados hasta julio. La cifra sobrepasa en uno el mismo período del 2008.

Es la provincia que, en proporción a su cantidad de habitantes, tiene el índice más alto de homicidios, aunque San José la supera en cifra total. En Limón mueren cada año 14 personas por cada 100 mil habitantes.

La mitad de las víctimas son delincuentes y el resto sin vinculación al hampa. Uno de los blancos más apetecidos por los delincuentes son los guardas privados, a quienes asesinan para robarles el arma de fuego y con ellas perpetrar otros delitos. Casi la mitad de homicidios queda sin resolver.

El jefe regional del OIJ, Guillermo Bermúdez, atribuye lo anterior a que en Limón por temor, pocos testifican y en eso coincide con lo que piensa el Fiscal de Limón, Celso Gamboa quien dice que a la hora de los juicios, muchos testigos (no precisa cuántos) fueron asesinados.

Ahora, con base en la nueva Ley de Protección a Víctimas y Testigos, tramitan los documentos sin nombres y en los juicios evitan que testigos y acusados estén juntos.

Zona de crimen

400 estudiantes y 30 profesores del Colegio Deportivo de Pacuare claman al MEP para que los trasladen de ese lugar.

De cada 100 crímenes 45 quedan sin resolver, principalmente por falta de testigos. En San José los delitos sin resolver son 25 de cada 100.

Muchos homicidas y asaltantes no se tapan la cara para intimidar más a los testigos.

Entre los barrios más conflictivos están El Bosque, Envaco, Limón 2000, Corales Tres, Pacuare, Cieneguita y la zona del embarcadero de Moín.

Al Día buscó el expediente del bar Bombi, frente al que ocurrió el último doble crimen, pero Kemery Taylor de la Municipalidad dijo que lo indaga Asesoría Legal.

Monseñor José Rafael Quirós, obispo de Limón, dijo que maestros, médicos, profesionales y demás personas viven sin paz.

Se mostró preocupado por la inseguridad y lo atribuyó a las bandas organizadas que sobrepasan todos los grandes esfuerzos de las autoridades.

“El mal está en que se ha perdido la práctica de la fe y el respeto por la vida, por las personas y por los bienes ajenos ”.

Dijo que se debe preservar la familia para que sea la escuela de valores cristianos y humanos, tarea que compete a todos.

Las rencillas entre bandas y la lucha por el liderazgo dentro de una misma organización, son el caldo de cultivo para el 50 por ciento de los asesinatos en Limón.

El jefe Regional del OIJ, Guillermo Bermúdez, expresó que saben de un cabecilla de una banda de Cieneguita que ha eliminado a algunos de su mismo grupo.

El hecho de que un miembro se vaya con otro bando o tenga comunicación con éste, es motivo para ejecutarlo.

Unas bandas incursionan en la zona de “Dos Aguas” en el Caribe Norte, para buscar paquetes perdidos de cocaína y una vez que la consiguen o “coronan”, otra banda espera a que la saquen y la vendan para asaltarlos, añadió.

Lo sucedido frente al bar Bombi, tiene su germen en problemas de ese tipo, ligados al caso de Leo Smith asesinado en Moín en el 2007 y la posterior muerte de un hombre conocido como “Toro”.

La Fiscalía apretó el acelerador en la lucha contra todo tipo de delincuencia.

En menos de tres meses se han acusado más casos que en todo el 2008.

El fiscal Celso Gamboa, expresó que está muy optimista en el futuro y que el modelo aplicado rinde buenos frutos.

Ya descuentan prisión preventiva los cabecillas de reconocidas bandas y al estar acéfalas las pandillas, disminuye su agresividad.

Del doble crimen frente al bar Bombi del 27 de julio hay dos detenidos. Uno de ellos ingresó baleado al hospital esa noche y se le detuvo porque se comprobó que semanas atrás trató de matar a uno de los que le devolvió la ráfaga con Ak 47.

Esa agresiva política de persecución penal tiene muy entusiasmado al equipo de la fiscalía que busca impedir que el hampa haga lo que quiere en Limón.

“Al proteger a los testigos ellos vuelven a confiar en nosotros y es más fácil luchar contra la impunidad” dijo el fiscal Gamboa.

Él confía en que la delincuencia en Limón que, según dijo, ha penetrado incluso en instituciones del Estado, está próxima a ser expulsada.

Alertó que otros cantones como Siquirres y Pococí tienen que prepararse ante la posibilidad de que algunas pandillas se trasladen hacia allá.