Alexander Aguilar
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Mucho se ha visto en la cancha del joven jugador liguista Luis Miguel Valle, pero pocos saben que es muy comelón, que estudia ingeniería industrial y que es un fiebre para entrarle a todo lo que tenga chocolate.

Valle, de 20 años y con dos torneos cortos en la Primera División, se confiesa admirador de la cantante estadounidense Beyoncé y de los Jeep convertibles.

Siempre ha vivido en Mercedes Norte de Heredia y recuerda que sus primeras mejengas las hizo en un equipo de la Universidad Nacional. Ya un poco más grande, con 15 años, fue llevado al infantil de Alajuelense, donde llegó para quedarse.

“Siempre he sido liguista”, dice el muchacho, quien debutó en Primera con el técnico Marcelo Herrera.

“Me considero una persona perseverante, muy familiar. Soy estudioso, ordenado y organizado con mis cosas. Le tengo un gran respeto a las personas”, apunta Luis, quien se describe además como buen estudiante.

“Hace dos años empecé la carrera de ingeniería industrial en la Universidad Interamericana. Eso del estudio me gusta y aprovecho el tiempo en algo útil. Creo que soy un estudiante bueno y siempre he sacado buenas notas, aunque ahora, por el tiempo, se me complica un poco más”.

En lo que sí nunca falla, es a la hora de entrarle al diente. “Soy muy comelón, la verdad es que bastante. Almuerzo y a la hora y media me da otra vez hambre. Me gusta mucho la comida de mi mamá, especialmente los canelones, con carne molida o atún. También los chocolates”. Y en la cocina se defiende. “Sé hacer arroz, frijoles y preparar carnes”.

Lo dice

“En cuanto a la música, me gusta escuchar un poco de todo. Lo que menos escucho es reggaetón”

Luis Miguel Valle, jugador de Alajuelense