Ciudad del Cabo / DPA. Inaugurar el Mundial de Sudáfrica, enfrentando al anfitrión, es “un gran honor” en una “jornada histórica”, asegura el seleccionador mexicano, Javier Aguirre.

“De ninguna manera un peligro”, dijo el entrenador.

“La jornada uno es importantísima, fundamental”, añadió Aguirre, cuyo equipo jugará el 17 de junio ante Francia en Polokwane y cerrará el 22 de junio con Uruguay, en Rustemburgo.

“Juegas con el anfitrión ante millones y milones y millones de seres humanos. Los jugadores tienen que entender que, más que presión, es algo histórico”.

“Lo vivimos en el 70, pero éramos muy chicos. Es un magno evento. Ya me estoy imaginando eso, le doy gracias a Dios por la oportunidad”.

Carlos Alberto Parreira, el brasileño que entrena a Sudáfrica, relativizó la potencia del Grupo A. “Es el primer Mundial en muchos años en el que no hay 'grupo de la muerte”, dijo el seleccionador de los Bafana-Bafana.

“Pero tampoco hay grupos fáciles, todos están bien equilibrados”, añadió Parreira, cuya selección perdió con México dos de las tres veces que jugó, aunque el último éxito sea sudafricano, un 2-1 en la Copa de Oro 2005.

Raymond Domenech, el seleccionador francés, dejó entrever que no se siente demasiado superior a México, pese a que la historia está del lado de los “bleus”: de seis partidos ante México, los franceses ganaron cinco y empataron uno.