Yensy Aguilar Arroyo
yaguilar@aldia.co.cr
Desde hace 18 años se encarga de iluminar el árbol de Navidad del Hospital Nacional de Niños.
Esa labor ha enriquecido con el paso de los años a Gerardo Marín, funcionario de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), pues gracias a ella, muchos pequeños internados en ese centro médico sonríen y viven a lo máximo esta fecha especial.
¿Cómo comenzó con la iluminación del árbol de Navidad?
Un día, hace 18 años llegó mi jefe, Guillermo Ureña y me pidió que fuera a iluminar el árbol de Navidad del Hospital de Niños. Acepté el trabajo como una misión, porque nunca había hecho algo similar y además, en ese entonces estaba recién separado y mi esposa trabajaba allí y quería ir a verla más seguido.
¿Y cómo le fue en el primer año?
Fue muy interesante, porque no sabía cómo lo iba a hacer, pero poco a poco le fui dando forma a las luces. El árbol que comencé a iluminar no es el que se se ilumina ahora, era otro pero similar en sus dimensiones y desde el primer día, ha sido una labor de cuidado.
¿Cuánto tarda?
Bueno, siempre trabajo acompañado. Antes lo hacía de un compañero y desde hace tres años me acompañan Christian Gutiérrez e Isaac Monge. Comenzamos en la última semana de octubre, porque se utilizan 34 mil bombillos.
¿Ha tenido algún accidente?
En el tercer año se me quemaron muchas series, producto de un cortocircuito. La semana anterior, un día antes de la inauguración del árbol, mientras hacíamos unas pruebas, un cable venía roto y comenzó a echar chispas, pero no fue nada grave. Hace algunos años, un compañero se cayó de un árbol y se lastimó los genitales.
¿Cuándo se dan cuenta de que alguna serie está dañada?
La gente del hospital comienza a revisar las series en julio. Para el otro coordinaron mandar a traer 3.000 nuevas series, porque hay algunas en muy mal estado. Además, cuando uno llega a decorar, ve que algunos bombillos se quebraron, ya que son muy delicados.
¿Ha ido a la luminación como espectador o siempre lo ha hecho trabajando?
Siempre lo he hecho trabajando, pero me satisface ver que los niños se ponen felices al verlo y además que disfrutan de un momento muy bonito junto a sus seres queridos y su familia.
¿Qué significado tiene para usted esta tarea?
Es un placer poder participar en este tipo de actividades que alegran los corazones de los pequeños. Una vez, uno de mis hijos estuvo internado en el hospital y me lo trataron muy bien y por eso lo hago con cariño, como una forma de agradecimiento. Además, eso es un estímulo para que los chiquitos salgan adelante de sus dolencias y tengan más fuerzas.
¿Cuándo comienzan a retirar las luces?
Eso es lo más complicado, por lo general se tarda una semana y media porque hay que enrollar las series y desprenderlas con mucho cuidado.
¿Y cómo se guardan?
Se enrollan y se acomodan en unas cajas utilizadas únicamente para eso. En total son cinco mil series de 50 bombillos cada una.
¿Conoce el lugar donde se almacenan?
Si, el hospital las guarda en una bodega, donde las tienen bien resguardadas porque son instrumentos de mucho cuidado. Ellos las revisan constantemente para verificar que no les pase nada.
Trabajador
Gerardo Marín
Edad: 54 años.
Estado civil: separado.
Hijos: dos.
Dato: vive en Llorente de Tibás. Trabaja en Alumbrado Público de la CNFL y labora con dos personas más en la iluminación del árbol.
© 2009. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.