Nueva York / AP. Tiger Woods era distinto, o parecía serlo: tenía un talento único y una imagen impecable, cuidadosamente cultivada. A diferencia de tantos otros deportistas, le complacía ser un ejemplo digno de imitar.
Pero resultó que, como ocurre tantas veces, lo que ofrecía era demasiado bueno como para ser realidad, y sus tropiezos reavivan el debate en torno a la adoración de las figuras deportivas.
“Nadie alcanza ese nivel de perfección, dentro y fuera de los campos de juego, sin alguna mancha”, comentó Dave Czesniuk, de la Northeastern University.
“Es un ser humano; a veces nos olvidamos de eso”, añadió.
La disculpa que ofreció Woods esta semana por faltas que no especificó -en medio de versiones de numerosas infidelidades- representó la caída en desgracia de otra súper estrella.
Michael Phelps fue fotografiado fumando una pipa de marihuana. A Marion Jones le quitaron sus medallas olímpicas por dopaje. Numerosos astros del béisbol estadounidense usaron esteroides y mintieron en torno a ello. Diego Maradona fue suspendido por doparse en su época de jugador y por decir groserías como técnico de la selección argentina.
Pero Woods constituye un caso especial. Era una persona famosa en todo el mundo, con una imagen intachable y una carrera difícil de repetir. Sus colaboradores, las empresas que lo contratan para hacer publicidad, la prensa y el propio Woods, se confabularon para promover esa imagen.
“Llega un momento en que el público es indiferente. Dan por sentado que los Barry Bonds, los Sammy Sosa (ambos beisbolistas) y las Marion Jones van a caer de su pedestal”, expresó el psicólogo Stanley Teitelbaum, autor de Héroes del deporte, ídolos caídos (Sports Heroes, Fallen Idols).
“Pero nadie esperaba esto de Tiger Woods”, acotó. “Ahora que le sucedió esto a él, la gente no se muestra indiferente. El desencanto es mucho más grande”.
“Con Woods, nos tragamos el salero entero”, dijo Steve Elling, reportero de la CBS.
TICTACTIC
Tiger Woods, un golfista que no tiene rivales, había logrado ser visto como algo más que un golfista: era un hijo que veneraba a sus padres, un hombre con conciencia cívica, que además creó una fundación para niños de bajos recursos.
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