Lima / DPA. El futbolista profesional peruano Carlos Flores, detenido en la madrugada de ayer cuando caminaba desnudo y ebrio por las calles de la ciudad selvática de Iquitos, le explicó a la policía la razón por la que estaba así: vio un “fantasma”.
El “fantasma”, representado en una silueta que lo miraba fijamente dentro de su habitación de hotel, le generó tanto susto, que salió a la calle sin reparar que no tenía nada encima.
La presunción policial es, sin embargo, que el volante bebió en forma tan desmedida durante la noche, que perdió el control de sus actos y terminó protagonizando un desfile nudista.
El “fantasma” es una “perla” más para Flores, de 35 años, cuya carrera ha estado marcada por la extrema indisciplina.
A “Kukín” se le considera uno de los volantes creativos más talentosos y técnicos que haya dado el fútbol peruano en las dos últimas décadas, pero su conducta nunca le permitió prosperar.
En el exterior jugó en Colombia, Argentina, Brasil, Grecia y Arabia Saudita: de todos los cuales salió en poco tiempo en medio de problemas, y sin llegar nunca a destacar.
Y sus llamados a la selección del Perú fueron escasos, pues cada vez que se le convocó, faltó a la confianza de los técnicos. Y tuvo problemas de adicciones.
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