Franklin Arroyo González
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A Lance Newby, de Hawaii, Tati Tsuprynovizh, de Rusia, y Allan Morales, de Desamparados, los unió la misma fiesta: el tope de San José.

Ellos se confundieron entre miles de personas, quienes alrededor del Paseo Colón y la Avenida Segunda vieron desfilar a cerca de cinco mil jinetes, algunos bufalos, burros y carretas. Pero las cervezas, whisky, guaro y cualquier otro licor fueron la nota predominante.

Algunos se pasaron de tragos y dijeron “piropos” pasaditos de tono a las muchachas, que vestidas a lo vaquero, con blusas de cuadros, sombrero y ombligo al viento forzaban a jinetes y espectadores a voltearlas a ver.

Entre los caballistas, no pasó desapercibida Sofía Calvo, de 9 años, una simpática niña que saludaba a la gente cuando pasaba con su caballo. Le devolvían aplausos.

Tampoco pasó inadvertido Martín “Cañajo” Gamboa, un montador de Paraíso de Cartago, que cada vez que pudo, y fueron muchas veces, se puso de pie sobre su yegua “Princesa” y levantó las manos.

También vimos a “Juan de Caballón”, un jinete que invita a una cabalgata el 2 de enero, donde harán el mismo recorrido de la Ruta de los Conquistadores, pero a caballo. “Va a ser lo mejor que se haya hecho en caballo en Costa Rica”, dijo.

A la pasarela se sumaron los candidatos políticos. Laura Chinchilla, en su yegua “Vencedora”; Ottón Solís andaba en “Victoria segura” y Otto Guevara no fue, pero envío al chingo de sus comerciales, Dionisio Leal.

Ya sabemos que el tope es una especie de pasarela, donde ellas van a mirar a los jinetes con sus caballos y ellos observan a las mujeres que miran a los caballistas.

“Lo mejor del tope son las mujeres. Todas están lindísimas”, expresó Olman Castillo.

La rusa, en tanto, manifestó que fue divertido montarse a caballo. “Un muchacho me invitó. Fue vacilón”. No faltó “El viejo de la montaña”, ese hombre que representa al típico campesino, con su gallo en el sombrero.

Lo malo, menores prendidos de una botella. A tomar nota.

Cabalgando

Allan Morales.

Allan Morales, Desamparados.

Está bien organizado, excepto el paso de peatones, hay carros hasta en las aceras. Por lo demás está lindo”.

Rebeca Sandí, Escazú.

Me parece que sueltan a los caballos muy juntos, deberían soltarlos más distanciados. Lo mejor: Eduardo Aguirre”.

Cristian Umaña, Santa Ana.

Tengo caballo, pero no pude venir, el otro año de fijo. Me gustaría estar allí, montando”.

Tati Tsuprynovizh, Sabana.

Es algo muy interesante, es primera vez que vengo a éste. Me gusta ver a los caballos”.