Franklin Arroyo González
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172 vehículos han sido decomisados a conductores que manejaban en estado de ebriedad, desde que entró a regir la Nueva Ley de Tránsito, el 23 de diciembre pasado.

De esos autos, 81 han sido sorprendidos en el Gran Área Metropolitana y 46 en la provincia de Guanacaste.

En la semana del 23 al 31 de diciembre se detuvieron 140 de esos automotores. En lo que va de este año 2009, han detenido 32, según corte al domingo.

“Es un número alto, la idea es quitar el alcohol de las carreteras. No debería haber ninguno”, dijo el director de Tránsito, Germán Marín.

Agregó que muchos de los casos se remiten al Juzgado de Flagrancia, donde se decide si quedan en comiso o son devueltos.

Francisco Fonseca, fiscal adjunto, dijo que han ingresado 17 casos, de los cuales doce se resolvieron con medidas alternas de suspensión del proceso a prueba (carro por buen comportamiento), uno fue sobreseído y cuatro están en proceso.

Los demás fueron remitidos a los juzgados ordinarios de la jurisprudencia correspondiente.

Con la nueva Ley de Tránsito, los oficiales detienen a los conductores ebrios bajo la figura de conducción temeraria. Dicha conducta también contempla el manejar a más de 150 kilómetros por hora y los piques.

Un juez determina si el auto queda en comiso. Mientras tanto, quedan en custodia de Tránsito.

Fabián Volio, abogado constitucionalista, considera que la sanción no choca con la Carta Magna.

“La Constitución protege el uso lícito de la propiedad privada, entonces, el uso ilícito puede ser sancionado de diferentes maneras”. Citó, a modo de ejemplo, cuando decomisan herramientas a los ladrones, con las cuales cometen sus fechorías.

“El castigo es válido por ser la consecuencia de la comisión de un delito, que, además, no es culposo. La persona consumió libremente licor y luego usó el vehículo. No fue que se le estalló una llanta”, explicó el abogado.