Lidia Díaz trataba de consolar a sus hijos. Ellos estaban frente a su casa, en media calle, en Sabana Redonda de Poás.
El miedo no desaparecía. A cada momento, las réplicas del terremoto los atemorizaban.
“Estaba cogiendo café cuando se vino el temblor. Todavía estamos muy nerviosos, sobre todo los niños”, comentó.
Todas las familias en Sabana Redonda estaban fuera de las casas, nadie quería entrar.
Tenían miedo.
Las ambulancias y carros de la Policía pasaban con las sirenas prendidas y eso aumentaba su temor.
“No sabemos dónde vamos a pasar la noche, en la calle, tal vez, porque esas casas están destruidas”, explicó Díaz.
Tenían cobijas, ropa, radios y hasta una lavadora fuera de la vivienda.
“Antes habíamos sentido temblores, pero nunca como este”, manifestó Díaz.
© 2009. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.