Isaac Lobo
Miguel Casafont sin faltarle el respeto al destino, ha hecho lo que ha querido en esta vida. Su pasión es el arte y su capricho la cocina.
Él pinta con los sabores y cocina con los colores desde hace cuatro meses en el programa “Cocina Alternativa”, en el cual tiene su espacio
“Casafont Cocina & Color” (sábados a las 11:30 a.m.).
Gracias a que él nunca deshace la maleta porque pasa viajando, aprendió de la gastronomía más exquisita de Camboya, Vietnam, Tailandia, del resto del sudeste asiático y de la India, la cual la muestra de forma amena.
¿Cuál es la dinámica de su programa?
Cada uno de mis programas se inspiran en un color. Ese día tanto mi vestuario, utilería, accesorios y la receta se basan en uno.
Como artista, ¿qué tanto tiene de chef?
El ser artista nació primero, pero no sólo me dedico a la pintura, hago otros proyectos. Otra pasión es la cocina, soy un creador en el sentido amplísimo de la palabra, soy una persona que vive por el deleite de los sentidos.
¿Su comida se basa en el sudeste asiático?
Yo he tenido la grandísima suerte de viajar por el mundo. Yo soy un chef diferente al resto, pues cocino lo que he probado en otras latitudes.
¿Qué aromas le recuerdan esas tierras?
El sándalo, la cúrcuma, la nuez moscada y las rosas. La cebolla morada, el culandro y el tamarindo.
¿Qué es lo más delicioso que ha probado?
Lo más delicioso que he probado y quiero buscar la receta, fue carne de cordero en una salsa de crema dulce y semillas de marañón molidas. Es pesadísimo, no comí como en tres días de lo lleno.
¿Y lo más feo?
Una vez en la casa de unos amigos, un señor de la realeza belga hizo mondongo en salsa blanca. Sabía horrible y quedé borracho, porque me lo comí por educación, pero a punta de copas de vino.
¿Cuánto tiene de gourmet y cuánto de “showman”?
Creo 50 y 50. Es un poquitito de todo.
¿Los ingredientes que utiliza son para el pueblo o elitistas?
El ser elitista está en la cabeza, no es a nivel de plata, sino a nivel de gusto. Es abrir la mente.
¿Es comelón o moderado en la mesa?
Mi problema es ser comelón, pues la comida sana es horrorosa. Es la lucha entre mi entrenador personal y mi nutricionista.
¿Qué es lo que no puede faltar en su mesa?
Los platos bonitos.
¿Qué opina de la gente que come en lugares extraños, como pollo frito en un bus?
Esos son paladares de paladares, con eso no tengo problema.
¿Qué le da sabor a la vida de Miguel?
Poder ser una persona muy creativa y estar metido en muchos proyectos.
¿Qué eliminaría de la cocina del tico?
Los cubitos de sazón y la sal. El tico es salero.
¿Un recuerdo dulce?
La comida de mi mamá.
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