Domingo 15 de febrero de 2009, San José, Costa Rica
Nacionales | Experiencias de tres mamás
Hijos nacidos de partos múltiples: un reto diario
En el país, los partos de gemelos se presentan 15 por cada mil nacimientos atendidos
  • AlDia.cr
    Yesenia asegura que criar a siete hijas no es tan difícil, pues las más grandes le ayudan. Mariela Hidalgo.

Yensy Aguilar Arroyo
yaguilar@aldia.co.cr

Si criar a un hijo es una tarea compleja, sacar adelante cuatro, seis o ocho debe ser más complicado sobretodo cuando nacen todos al mismo tiempo, en un parto múltiple.

Yesenia Garita, Gabriela Rodríguez y María Elizabeth Salazar comparten la experiencia de ser madres de varios niños y niñas al mismo tiempo y comentan, que muchas veces es una tarea difícil, pero no imposible de llevar.

Premiada dos veces

A Yesenia Garita nunca le pasó por la mente que sería madre de siete hijas, cinco de ellas nacidas en dos partos múltiples. Garita, de 31 años y vecina de El Roble de Alajuela, asegura que su vida dio un giro de 180 grados, luego del nacimiento de sus gemelas Loana y Diana, de seis años.

“Ya teníamos una hija, Priscilla, que tiene 15 años. Mi esposo Óscar y yo nos asombramos cuando nos dijeron que tendríamos gemelas, porque con eso tendríamos tres niñas”, explicó.

Pero la sorpresa de la alajuelense no terminó ahí. Tres años después del nacimiento de las gemelas, llegó al mundo Fabiana y en ese momento, la pareja acordó que no quería tener más hijos.

“Habíamos decidido no tener más bebés porque con cuatro eran suficiente, pero cuando nos dimos cuenta estaba embarazada y de trillizas, casi nos caemos de espaldas”, afirmó.

Yesenia nunca se sometió a un proceso de fertilización asistida y eso es lo que más llama la atención de su caso. “Muchas personas me preguntan cómo hago para salir adelante con las siete, pero en realidad no es tan difícil, ellas son muy buenas y se portan muy bien. Eso es una gran bendición”, explicó entre risas.

El hombre de la casa, Óscar Ledezma es el único que trabaja y mantiene económicamente a ocho mujeres. Él labora en Pipasa y afirma que gracias a las horas extra que hace sale con los gastos de su numerosa familia.

Todo comienza a las 7 a.m.

La jornada de las pequeñas inicia a las 7 de la mañana, cuando se levantan y de inmediato piden el desayuno. Mientras que la mamá prepara la comida, las niñas aprovechan para jugar con sus hermanas. Luego llega el baño.

“Afortunadamente, puedo hacer las cosas de la casa con tranquilidad, porque mis otras hijas permanecen con las trillizas, mientras que cocino, lavo y limpio”, explicó Yesenia.

La hora de las comidas son tal vez los momentos más ajetreadas, porque las niñas son comelonas y hay que alimentar una por una. “Las hermanas me ayudan, pero cuando están en clases es más difícil”, dijo Madrigal.

La familia vive en una pequeña vivienda, que tiene dos cuartos. Todos se tienen que acomodar, pero para ellos no es problema y dan gracias a Dios por bendecirlos. “Hay parejas que quieren tener hijos y no pueden, a nosotros una familia humilde Dios nos dio lo que muchos quisieran”, dice el feliz padre.

* Colaboró Mariela Hidalgo.

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    Ellos son los ocho recién nacidos de Nadya Suleman, quien pide ayuda por internet. Reuters
Tiene 14 hijos y muchos apuros

Los Ángeles /ACAN-EFE.- Dos semanas después de que Nadya Suleman diera a luz a sus octillizos en California, la repercusión del caso abre en todos los frentes un debate en torno a la ética de la reproducción asistida.

La gente en EE. UU. se pregunta: hasta dónde deben ayudar servicios médicos a una mujer a la hora de procrear y dónde está la línea de lo ético y el deseo propio.

Suleman es divorciada, está desempleada, tiene 33 años y vive con sus padres. Antes tenía seis hijos –gemelos–, de entre dos y siete años, por fecundación in vitro. Todos del mismo donante de esperma con quien ha tenido ocho bebés más, seis niños y dos niñas. Angela Suleman, su madre, dijo luego del parto que su hija quería “tener una niña más”. Para lo que Nadya decidió que le implantaran 6 embriones. Ahora tiene 14 hijos y pide ayuda por Internet y el médico que la asistió está bajo investigación por sus actuaciones.

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    Todos los días vamos saliendo adelante. Mariela Hidalgo.
Ocho boquitas que alimentar

Emmanuel, Gabriel y Daniel son trillizos y nacieron en julio del 2006 en el Hospital San Rafael de Alajuela. Ahora tienen dos años y seis meses.

Para la familia Porras Salazar, la llegada de los tres pequeños a la casa fue de cambios y muchísima bendición.

María Elizabeth, mamá, explica que tenía tres hijas y se dio cuenta de la llegada de los bebés por una amenaza de aborto. “En ese momento sentí temor, porque no sabía cómo haríamos, con la situación económica tan dura”, afirmó.

Y es que tienen muchos gastos. Solo en el diario, por quincena gastan ¢70 mil, sin contar la carne. Además, pagan ¢100 mil de un préstamo que sacaron para ampliar la casa.

“Ha sido muy difícil, porque somos ocho personas en la casa y el único que trabaja es mi esposo Oldemar como taxista. Con lo que gana apenas salimos”, aseguró.

Los niños son muy independientes. Ahora avisan cuando quieren ir al baño y se divierten entre ellos, pero de vez en cuando se pelean por los juguetes.

Están bajos de peso y hasta este año, se logró que dieran leche para los tres, porque en el Ebais antes lo hacían para dos.

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    Para Gabriela, su hija Arianna es la que requiere más cuidado. José Rivera.
Cuidar a cuatro no es fácil

Gracias a una inseminación artificial, Gabriela Rodríguez y Genner Guzmán cumplieron el deseo de ser padres.

El 22 de marzo del 2007, nacieron los quintillizos en el Hospital Calderón Guardia. A los pocos días de nacido, el 10 de abril, falleció Dérek.

La mamá dice que se siente contenta, aunque lo económico es lo difícil.

“Afortunadamente, mis papás me ayudan con plata, mi esposo me da la pensión y mis hermanas colaboran con el cuido de los niños”, explicó.

Arianna, una de las niñas tiene parálisis cerebral y requiere 100 por ciento de atención. “Todos son comelones y juegan mucho, a veces, pelean entre ellos”, aseveró la madre.

Gabriela dejó de trabajar para estar con los niños y dice que cada día aprende de sus personalidades.

“Se levantan muy temprano, y les gusta comer frutas. Cuando ven tele es cuando hay más tranquilidad”, aseguró sonriendo.

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