Franklin Arroyo González
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Al fin, la mamá conoció a sus hijos y derramó lágrimas de felicidad cada vez que tocó un piecito, que acarició una mano o besó una frente.

“Estoy muy feliz de verlos, de conocerlos, de que se parezcan tanto al papá. Ninguno salió a mí. Son tan lindos, tan chiquititos. Cada vez que tocaba uno, me tenía que lavar las manos para ir donde otro”, expresó ayer Elizabeth Camacho.

Apenas durmió una hora el miércoles, pues el cansancio y los dolores le empiezan a pasar la factura. Los quintillizos nacieron el 1.° de julio.

Anoche, con el vivo recuerdo de sus cinco hijos, esperaba un mejor dormir. “De la sensación de la anestesia, sentía que me iba a caer. Uno se siente como mal. Pasé acostada y despierta”.

Elizabeth se tomó el tiempo, junto con su esposo, Mauricio Rojas, para identificar a cada uno de los bebés.

El primero, el varón que respira sin dificultad, será el tocayo del papá: Luis Mauricio.

La primera niña en nacer se llama María Celeste y la segunda, María Belén.

Al grandote le pusieron Gabriel Francisco y a última en llegar al mundo, María Jimena.

Cada vez mejor

Según el jefe de neonatos del Hospital México, Carlos Torres, los niños mejoraron su condición respiratoria y, al menos ayer, no tenían aparatos de asistencia.

El miércoles, dos de ellos tenían un respirador mecánico y otros dos la Presión Positiva Constante en la Vía Aérea, pero ayer les fue retirada.

“Solo están con una canulita nasal para darles un poquito de oxígeno”, expresó Torres.

Explicó que los prematuros deben superar una serie de obstáculos antes de afirmar categóricamente que están bien. De momento, pasan la prueba.

Íntimos

En la tarde, la joven madre volvió con sus bebés. Pidió la asistencia de una silla de ruedas para verlos. “He caminado mucho y estoy cansada”, le dijo a una enfermera. Así ingresó.

Pero no permitió cámaras de televisión ni de fotografías... quería intimidad. Deseaba tocarlos de nuevo, olerlos, besarlos, pero sin prensa de por medio. Pese a nuestra insistencia por tomar una foto, mantuvo su decisión.

Muchos padrinos

Los quintillizos ya tienen padrinos. Todos son familiares de Elizabeth y Mauricio, muchos de los cuales serán los mismos que ayudarán a cuidarlos.

“Me van a ayudar tías mías, primas, familiares de él. Algunos dicen que si se tienen que quedar las 24 horas con nosotros lo van a hacer”, expresó Elizabeth.

La abuela Sandra Sánchez dijo que deseaba abrazarlos a todos y llevárselos para la casa cuando los vio. “Es una emoción tan bonita. No sabía ni qué hacer. Lloré de felicidad”.

También dijo que ayer habían recibido ochenta llamadas para ayudarlos o felicitarlos.

¿Cómo ayudar?

Los padres de familia necesitarán, en promedio, 1.050 pañales al mes. Camacho indicó que tienen como para tres semanas y 3 esa es su principal preocupación.

La leche es otra carencia de la familia. La madre ayer no pudo sacarse más que unas gotitas (calostro). Pero el médico asegura que se alimentarán vía intravenosa unos días más.

También necesitan toallas húmedas, ropa talla cero (hombre y mujer), cremitas para quemaduras y jabones. Los interesados en ayudar deben llamar al 2260-5961, con Sandra.

“Esas cositas estaban en mi pancita”

Elizabeth Camacho, madre de los quintillizos

¿Cómo fue el momento de conocerlos?

Me reía de felicidad, de verlos y de saber que esas cositas estaban en mi pancita. Uno no se imagina que hubiese tantos bebés dentro de la pancita.

¿Quién le ayudará en la crianza?

Primero que nada, mi esposo, quien siempre ha estado a mi lado. Luego, nuestras familias, que están ansiosas de que lleguen los bebés para colaborar.

¿En qué puede puede ayudar la gente?

Gracias a Dios, me han ayudado desde el té en Barva. Me preocupan los pañales y la leche.

No le van a alcanzar para cinco, ¿verdad?

No me sale leche. Solo unas goticas (calostro). No sé cuánto necesitan, pero hay que alimentarlos con fórmula porque no tengo tanta leche para todos. Claro que les daré un poquito a cada uno cuando tenga.

¿Cuántos pañales tienen?

Los que tenemos alcanzan para tres semanas, pero muchos son muy grandes y todavía no van a poder usarlos. Pero estamos muy agradecidos con todos los que nos han ayudado.

¿Qué piensa de tener que dejar a los bebés aquí?

Me da mucha tristeza, me gustaría llevármelos a todos para la casa, pero voy a venir todos los días a verlos con mi esposo.