EE. UU. / EFE.- En una iglesia abarrotada de fieles y seguidores, el polémico y mediático sacerdote hispano Alberto Cutié pronunció ayer su primer sermón como nuevo miembro de la Iglesia Episcopal, tras abandonar el catolicismo por incumplir el celibato.

Cerca de cuatrocientas personas, una buena parte de ellas hispanas, llenaban el interior del templo y copaban los pasillos laterales y la puerta de acceso principal, ante la imposibilidad de encontrar un asiento libre.

Entre aplausos y fotos, el popular sacerdote entró al templo de la Iglesia de la Resurrección, en el barrio del Parque de Biscayne de Miami, vestido de hábito blanco junto al obispo episcopal Leo Frade y un grupo de acólitos.

Momentos antes de pronunciar en el altar su sermón, con motivo de la celebración de Pentecostés, numerosos feligreses se levantaron en fervientes aplausos y vítores, que fueron recibidos con amplia satisfacción por Cutie, de 40 años y origen cubano.

En la homilía de unos quince minutos, dicha en inglés y salpicada de comentarios jocosos y chistes, el Padre Alberto se puso especialmente serio al asegurar que “durante esta semana en que tomé la decisión de ingresar en esta comunidad (la episcopal) el Espíritu de Dios estaba conmigo”.

Tras explicar que ha dedicado muchas horas a hablar de Dios con los medios, sentenció que a Dios es al único que él sigue.

Fue un discurso religioso que, más que dicho en un ambiente de recogimiento, llegó rodeado de un gran despliegue mediático con canales de televisión local y nacional, periodistas, fotógrafos y estaciones móviles de radio afuera de la modesta iglesia.